Redacción | 12-04-2012

Más de cuatrocientos sacerdotes concelebraron durante la solemne misa crismal en la catedral de Valencia. (Fotografía: Alberto Sáiz)

Lo que se quiere y desea de nosotros es que seamos especialistas en promover el encuentro del hombre con Dios. Al sacerdote no se le pide que sea experto en economía, en construcción o en política; de él se espera que sea experto en el verdadero humanismo, el que nos ha regalado como gracia Nuestro Señor Jesucristo”. Así se expresó el arzobispo de Valencia durante la solemne misa crismal que presidió en la catedral, en la que concelebraron más de cuatrocientos presbíteros.
En su homilía, el prelado agradeció la labor de los sacerdotes y su implicación en el Itinerario Diocesano de Renovación, el proyecto de nueva evangelización iniciado hace dos años y promovido por el propio monseñor Carlos Osoro. Además subrayó la importancia “esencial” del sacerdocio para la Iglesia, que en consecuencia “no puede delegar las funciones que le son propias”. A este respecto, insistió en que la disminución del número de sacerdotes y la necesidad de la organización pastoral “no debe restar importancia al papel central del sacerdote, que enseña, santifica y gobierna a la comunidad”. Se trata, señaló el prelado, de un “gran y fundamental servicio, que nadie puede prestar en lugar nuestro ni sustituirnos”.
Monseñor Osoro alentó a todos los sacerdotes a “pedir con más insistencia vocaciones al ministerio sacerdotal”, pero también a “descubrir más la importancia del papel de los laicos, a quienes tenemos que agradecer su generosidad al servicio de las comunidades cristianas”. Sobre ello, el prelado invitó a reforzar “la irremplazable presencia en medio de ellos del ministerio sacerdotal, si es que queremos auténticos y valientes testigos del Señor en medio del mundo”.
El Arzobispo proclamó, asimismo, una plegaria para implorar a Dios por las vocaciones y, también, para que “nunca sintamos la tentación de la inutilidad, es decir, la de sentirnos no necesarios, pues somos más necesarios que nunca porque Cristo es más necesario”.
En la misa crismal, cuyos orígenes datan del siglo VI y en la que se interpretaron cantos gregorianos, los sacerdotes renovaron las promesas de su ordenación. Asimismo, el Arzobispo bendijo los óleos y el crisma que serán utilizados en la celebración del Bautismo, Confirmación, Ordenación Sacerdotal y Episcopal, Dedicación de Iglesias y Unción de Enfermos. En la ceremonia concelebró el obispo auxiliar de Valencia, monseñor Enrique Benavent.
Al final de sus palabras, monseñor Osoro se dirigió a los sacerdotes en valenciano: “Estimats germans, espere que les celebracions del misteri pasqual a les vostres comunitats cristianes suposen uns dies de fraternitat y comunió. Que l´experiència de la resurrecció de Crist ens ajude a transformar la societat y a portar esperança a les persones. Ésta és la gran notícia que hem de compartir i la notícia que porta la vertadera salvació. Gràcies per la vostra presència en esta missa crismal y saludeu de la meua part els germans sacerdots majors que no poden eixir de casa o els que estan malalts. Que tingueu bona Pasqua!”.