REDACCIÓN|30.1.2020

La solemnidad de san Vicente Mártir vino precedida este año de la ya histórica borrasca Gloria, que arrasó el litoral y dejó trombas de agua e intenso frío con nevadas. De hecho hasta el último momento hubo duda sobre si finalmente sería posible la procesión exterior con la imagen del santo patrón de la diócesis o si habría que hacerla por el interior de la Seo como procesión claustral. En este caso, el cabildo tenía ya, incluso, previsto sacar por primera vez, en una procesión la reliquia del brazo incorrupto de San Vicente Mártir en su urna , con motivo de cumplirse este 2020 el 50 aniversario de su llegada a Valencia procedente de Italia (ver PARAULA del 12 de enero pasado). Finalmente no llovió y fue posible la procesión con la imagen del santo en su recorrido habitual por los lugares vicentinos.

Raíces cristianas
“Reavivar las raices cristianas de Valencia” y “el gozo de sentirnos Iglesia” con todas las consecuencias, entre ellas, no ser una `cofradía de los ausentes´ ante los problemas y necesidades de nuestra sociedad de hoy. Con estos objetivos invocó el cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, al patrón de la diócesis de Valencia, San Vicente Mártir, en su solemnidad litúrgica el pasado 22 de enero.


En su homilía, el Arzobispo precisamente advirtió que como Iglesia “no podemos cerrar los ojos a los momentos duros que atravesamos. Somos conscientes de las crisis y amenazas que se ciernen sobre nosotros en nuestra sociedad y en nuestra Iglesia, ante la transformación cultural operada con la pérdida de referencias y de valores morales”.


“Tampoco olvidamos los problemas de la juventud, el mundo de los marginados, los inmigrantes y refugiados, ni tampoco la urgente cuestión de la paz siempre débil y amenazada y las situaciones de extrema pobreza y hambre en gran parte del mundo y cómo se viola la vida humana aún antes de nacida”.


Por todo ello, el cardenal Antonio Cañizares recalcó que, en estos momentos de forma especial, “la Iglesia proclama la cultura de la vida y la defensa del derecho de la vida y de la educación y de la libertad de enseñanza”.


Según señaló el Arzobispo, “los católicos no podemos vivir al margen fuera de este contexto” y tenemos que hacer un “poderoso llamamiento a la evangelización, para que la Iglesia sea ella misma y se haga presente en el mundo” y , precisamente, “nuestro Sínodo responderá a estas urgencias”.
Igualmente, en su homilía, el Cardenal recordó palabras del papa san Juan Pablo II en su primera visita apostólica a España cuando decía a los católicos que “es necesario recobrar el vigor pleno del espíritu y la valentía de una fe vivida y la lucidez evangélica iluminada por el amor al hermano para sacar de ahí fuerza renovada que os haga promotores de diálogo y de justicia, en un clima de respetuosa convivencia”.


Asimismo, aseguró que san Vicente Mártir “es el protector de Valencia y su memoria, que no es mirar al pasado sino de apertura al futuro, nos evoca nuestras raíces inseparables “»nos hace sentir el gozo de ser Iglesia” y “es necesario recobrar este gozo de ser Iglesia porque sólo así seremos capaces de asumir con responsabilidad el dinamismo de nuestra condición de cristianos”.


Finalmente, el cardenal Cañizares pidió que san Vicente Mártir interceda por nosotros para “fortalecernos en la fe y en la unidad” para emprender con “nuevo ardor” los caminos de la nueva evangelización y que con motivo del Sínodo Diocesano “san Vicente guíe nuestros trabajos con pleno ánimo y entusiasmo”.


En la misa concelebraron el obispo auxiliar de Valencia monseñor Esteban Escudero, y el obispo emérito de Lérida, monseñor Juan Piris, junto al Cabildo de la catedral de Valencia, capellanes de la Universidad Católica de Valencia y una quincena de diáconos.


Concluida la eucaristía, en la que intervino la Coral Catedralicia, tuvo lugar la procesión con la imagen de madera plateada de san Vicente Mártir, obra del escultor valenciano del siglo XVIII, José Esteve Bonet.


Al paso de la procesión voltearon todas las campanas del Miguelete y de las parroquias San Martín y San Esteban, y al término del recorrido, la banda de música interpretó el himno nacional.