❐ L.B. | 19.05.2023

La Missa d’Infants en la plaza de la Virgen fue la clausura final del Año Jubilar del Centenario de la Coronación Canónica de la Mare de Déu. Los actos conmemorativos del Centenario habían comenzado justo un año antes cuando el vicerrector de la Basílica de la Virgen, Álvaro Almenar, leyó el decreto de la Santa Sede concediendo a Valencia el Año Jubilar Mariano, con el cardenal Antonio Cañizares y la presencia del nuncio de Su Santidad en España,  Mons. Bernardito Auza. 

“Que el fruit del Centenari de la Coronació Canònica siga que eixa fe que actúa per la caritat es mantinga viva en nosaltres perquè així puguem aportar al nostre món l’esperança que tant necessitem i que ningú més que Crist pot donar”, resumió el arzobispo de Valencia, Mons. Enrique Benavent, refiriéndose al necesario fruto recogido en el Año Mariano.

La Missa d’Infants “reuneix a tants valencians de molts pobles de la nostra Comunitat al voltant de la nostra Mare”, señaló Mons. Benavent, quien destacó la alegría de celebrarla por primera vez como Arzobispo en la diócesis “en la qual vaig nàixer en la fe i vaig sentir la vocació al sacerdoci, on em vaig formar baix la mirada amorosa de la Mare de Déu, és un goig vore com Ella toca cada any els vostres cors plens d’alegria”.

El Arzobispo pidió “de manera especial per tots el ancians i malalts, pels que esteu sols, per les families que passen dificultats: la Mare de Déu que ens porta en el cor, fa de tots nosaltres una mateixa familia de la fe”. Y expresó “el anhelo de paz, justicia, solidaridad con los débiles, la protección de las vidas humanas más indefensas… Todos, desde nuestro servicio a la sociedad, nos hemos de comprometer para que sea una realidad y no caer en la tentación de pensar que no vale la pena luchar para conseguirlo”. 

Llamados mantener la esperanza en el corazón de las personas

“La Iglesia no sirve de nada si no mantiene la esperanza de la humanidad en este mundo nuevo que será obra de Dios y no una conquista de la humanidad. Somos los primeros llamados a mantener, en el corazón de las personas, esta esperanza en nuestro mundo. Hemos de comenzar por una renovación de nuestros corazones y de la Iglesia misma: sólo así podremos ser testimonios de esta esperanza ante nuestro mundo”, reconoció Mons. Benavent. 

“¿Qué Iglesia queremos, hacia dónde hemos de caminar? San Pablo nos indica: el del amor no fingido que se ha vivir haciéndonos servidores los unos de los otros.  Un camino sencillo, lleno de humildad”, explicó.

“Maria és la humanitat nova, és l’Església que tots desitgem”

El Arzobispo subrayó que “en aquest camí la Mare de Déu ens guia i sosté la nostra esperança. Maria no està només en el cel: viu a l’Església. Aquesta humanitat nova no és un somni de persones ingènues que no coneixen el món en el qual viuen. En Maria veiem realitzada de manera anticipada aqueix món nou que tots desitgem: Maria és la humanitat nova, és l’Església que tots desitgem”.

“Ella és el signe d’esperança, ens indica la meta a la qual hem d’arribar i el camí que ens porta a eixe cel i eixa terra noves que tots desitgem. Mirant a la Mare de Déu dels Desamparats, els valencians hem aprés això des de fa segles. Ella ha sigut una crida a mantindre viva la nostra fe, una fe que ha actuat per la caritat i ha sembrat d’esperança en el cor de tantes 

persones des de que el Pare Gelabert Jofré fundara la Confraria va más de 600 anys. Ella, que ja ha arribat a la meta, ens ajuda a mantindre viva l’esperança del cel i de la terra noves, ens ajuda a ser sembradors d’eixa esperança en el cor de les persones”. La Virgen de los Desamparados “és socors dels pobres, ajuda dels débils, fortalesa dels que pateixen, intercessora en favor del poble de Déu i dels seus pastors” y pidió su ayuda y protección.

Con el Arzobispo concelebraron la Missa d’Infants el cardenal Antonio Cañizares, arzobispo emérito de Valencia; el obispo auxiliar de Valencia, Arturo Ros; los obispos de Orihuela-Alicante y Segorbe-Castellón, José Ignacio Munilla y Casimiro López, respectivamente; el valenciano Salvador Giménez, obispo de Lleida; los obispos auxiliares eméritos Javier Salinas y Esteban Escudero; y los valencianos Joan Piris, Jesús Catalá, Jesús Murgui y Juan Antonio Reig Pla.

El Arzobispo agradeció la presencia en la Missa d’Infants de todos los Obispos “nacidos aquí o de otros países que os unís a nosotros en esta eucaristía”, así como a todas las autoridades “que representeu a tot el poble valencià: de la Generalitat i les Corts Valencianes, de les Diputacions, Ajuntament, Govern, autoritats militars, judicials i acadèmiques, institucions culturals i al servici de tota la societat”. También compartió un “saludo especial a los que siguen la celebración desde mi tan estimada diócesis de Tortosa”.

La Fallera Mayor Infantil de Valencia de 2023, Paula Nieto, acompañada por su Corte de Honor, al finalizar la Missa d’Infants realizó una ofrenda de flores a la Patrona. 

Corona “tejida por miles de gestos de amor a favor de los más necesitados”

Por su parte, el rector de la Basílica, Melchor Seguí, señaló que en este Año Jubilar “hemos podido experimentar la vitalidad y el dinamismo de nuestra Iglesia valentina además de la visita de la imagen peregrina a prácticamente la totalidad de pueblos y ciudades de nuestra amplia Iglesia diocesana en sus visitas y han sido millares los peregrinos que han acudido a la Basílica o a la Catedral, vicarías, parroquias, comunidades religiosas y colegios…La Gran Vigilia Diocesana celebrada en la Plaza de Toros de Valencia supuso una espléndida manifestación de Iglesia viva y diocesana”.

“El Año Santo ha sido el año de la caridad, con la Corona que ha sido tejida por miles de gestos de amor a favor de nuestros hermanos más necesitados. Finaliza el Año Santo pero la gracia de Dios no se acaba”, indicó el rector, que puso el broche final citando el verso del Himno de la Coronación, y lema de este Año Santo Mariano: “Sempre en lo cor”.