M.J.F./AVAN | 27-06-2012

La basílica se quedó pequeña el día de la bendición del órgano. (Foto: Carmelo Fayos).


El 24 de junio fue bendecido y estrenado el instrumento rey, como antiguamente se llamaba al órgano, de la basílica de San Jaime de Algemesí. El órgano, dedicado al compositor Juan Cabanilles (Algemesí, 1644 – Valencia, 1712), organista de la catedral de Valencia durante más de 40 años, es el segundo más grande de la Comunitat Valenciana, después del de la iglesia de La Compañía de Jesús de Valencia.
Llamado ‘Mossen Cabanilles’, su construcción, a cargo de la empresa valenciana Berenguer y Díaz, ha sido sufragada por la feligresía, el ayuntamiento local y la Diputación de Valencia, con la colaboración de la Fundació Caixa Algemesí i la Fundació Pere Compte, y sustituye al anterior, del siglo XVII, destruido en la persecución religiosa de 1936.
El deán de la catedral de Valencia, natural de Algemesí, Emilio Aliaga, presidió la ben­dición en valenciano e hizo ‘hablar’ al órgano en su propia voz: “Yo soy alguien que quiere estar con vosotros, sin protagonismo, sino como parte de la asamblea para alabar a Dios”. También estuvieron presentes el párroco, Jesús Corbí, y la diputada provincial de Educación, Oreto Segura, entre otros.
El acto comenzó con el canto de las Vísperas a cargo del Cor Cabanilles y la orquesta de la Schola Cantorum, el Cor Gregorià de la Basílica y los organistas Vicente Ros y Josep Vicent Giner, además de los organistas que habitualmente acompañan la liturgia en la Basílica. Seguidamente, el Cor Cabanilles ofreció un concierto en el que se interpretaron piezas de Cabanilles, Mendelssohn, un Te Deum de Haydn y el Salmo 150 de Cesar Frank.
El órgano, que mide 5,70 metros de alto por 6 de ancho y dispone de 3.700 tubos, 49 registros, tres teclados y uno más de pedal, permitirá interpretar todo el repertorio musical desde el siglo XV. La Asociación de Amigos del Órgano se encargará de su mantenimiento y de su uso principalmente al servicio de la liturgia, pero también de la docencia para que alumnos del conservatorio puedan estudiar, y de la cultura, para ofrecer conciertos.