REDACCIÓN | 23-10-2014
Al final del Sínodo Extraordinario de Obipos sobre el tema de la familia, Francisco dirigió un mensaje en el que remarcó que  “la Iglesia es de Cristo y todos los Obispos con el Sucesor de Pedro, tienen la tarea y el deber de custodiarla y de servirla, no como patrones sino como servidores. El Papa en este contexto no es el señor supremo sino más bien el supremo servidor”.
Después, dijo que “todavía tenemos un año para madurar con verdadero discernimiento espiritual, las ideas propuestas y encontrar soluciones concretas a las tantas dificultades e innumerables desafíos que las familias deben afrontar”. Efectivamente, el Sínodo Extraordinario que ahora se ha cerrado tendrá su continuidad en octubre de 2015 sobre la base de lo reflexionado estos días y con el tema de ‘La vocación y la misión de la familia en la Iglesia y en el mundo contemporáneo’. Una vez concluya aquel Sínodo, el Papa estará en disposición de realizar algún documento o de adoptar alguna medida pastoral en relación a la familia.
El Obispo de Roma habló también de “cinco tentaciones” que hay que evitar. Entre ellas, citó la del “endurecimiento hostil, esto es, el querer cerrarse dentro de lo escrito (la letra) y no dejarse sorprender por Dios, por el Dios de las sorpresas (el espíritu); dentro de la ley, dentro de la certeza de lo que conocemos y no de lo que debemos todavía aprender y alcanzar. Es la tentación de los celantes, de los escrupulosos, de los apresurados, de los así llamados «tradicionalistas» y también de los intelectualistas”. Otra de las tentaciones es la del “buenismo” destructivo, que a nombre de una misericordia engañosa venda las heridas sin primero curarlas y medicarlas; que trata los síntomas y no las causa y las raíces. Es la tentación de los ‘buenistas’, de los temerosos y también de los así llamados ‘progresistas y liberalistas’”.
Tras los debates previos, el texto de la Relatio Synodi alcanzó un amplio asentimiento (muy por encima de los dos tercios), salvo en tres de los 62 parágrafos que la componen: los referidos a la posible admisión a los sacramentos a las personas divorciadas vueltas a casar, así como a las parejas de homosexuales. Por otra parte, el mensaje final del Sínodo manifestó su admiración y gratitud a las familias por el testimonio cotidiano que ofrecen a la Iglesia y el mundo.
 Lea aquí el mensaje final del Sínodo Extraordinario
Lea las palabras del Papa al final del Sínodo Extraordinario