Mons. Benavent felicita a mons. Ros. Foto: A.Saiz

REDACCIÓN| 2.11.23

La Santa Sede hizo público el pasado martes 31 de octubre a las doce del mediodía el nombramiento por el papa Francisco del Obispo auxiliar de Valencia, monseñor Arturo Ros, como Obispo de la diócesis de Santander. El arzobispo de Valencia, monseñor Enrique Benavent, lo comunicó esa misma mañana en el Palacio Arzobispal, destacando “el gesto de confianza del Santo Padre al encargarle la misión de ser pastor de una diócesis como Santander, en señal de reconocimiento por sus 30 años de vida sacerdotal en la archidiócesis de Valencia, siete de ellos como obispo auxiliar. Es una ayuda que perdemos, pero un bien al servicio de la Iglesia universal. Intentaremos recoger tu legado y tu tarea de evangelización“.

El Arzobispo de Valencia destacó asimismo los cargos de responsabilidad de Mons. Arturo Ros en la Conferencia Episcopal, señalando “la labor al frente de la Pastoral Juvenil cuyos frutos se vieron el pasado mes de agosto con la participación de miles de españoles en la Jornada Mundial de la Juventud”. También ha señalado que “como Arzobispo supone un orgullo, porque es el reconocimiento también a la formación que los sacerdotes reciben en esta Archidiócesis de Valencia”, y ha expresado su alegría personal “a quien conoce desde hace 37 años, recordando su entrada en el Seminario diocesano de Valencia, cuando yo era formador del mismo”.

La Iglesia siempre ha sido madre para mí
Monseñor Arturo Ros dio las “gracias de todo corazón al Pontífice y a la Iglesia a la que amo apasionadamente. No podría vivir sin ella”. Mons Arturo Ros afirmó que “de la presencia en las parroquias, en celebraciones, en confirmaciones, por diversos motivos, he recibido mucho de una forma incontable, siempre he encontrado afecto, cariño, comprensión, palabras de ánimo. Me he sentido muy querido por la gente y eso ha sido siempre mi aliento, mi fuerza, para seguir trabajando en los tres ejes propios de mis tareas: laicos, familia y caridad”.

Monseñor Ros recordó que “un día como hoy, hace 31 años” fue ordenado diácono, y cuando le ordenaron Obispo “asumí como lema las penúltimas palabras que dijo mi abuelo, el Beato Arturo Ros Montalt, ‘Afanyeu-se a perdonar’ y las asumí no solamente como memoria histórica de mi familia, sino como convicción y como estilo de vida. Ser testigo del perdón, ser testigo de la reconciliación”.

Mons. Ros afirmó que “creo en la Iglesia y siempre ha sido madre para mí. En la Iglesia, quiero dar gracias de corazón a esta diócesis de la que soy, de la que siempre seré porque es mi tierra y me da vida, y a la que he intentado servir”, recordando la confianza de los arzobispos Miguel Roca, Agustín García-Gasco, Carlos Osoro y especialmente en este tiempo, don Antonio Cañizares y Enrique Benavent, así como a los obispos auxiliares.

“Sé que no es tiempo de balances ni ahora ni después. El tiempo nos va situando a todos. Me llevo siempre la caricia maternal de la Mare de Déu”. El próximo sábado 16 de diciembre de este año, está prevista la toma de posesión canónica en la diócesis de Santander.

El acto se celebró en el Salón del Trono del Palacio Arzobispal, donde se celebran los eventos solemnes, en presencia del Consejo episcopal, numerosos cargos de organismos e instituciones de la diócesis y de la Curia diocesana que le ha rendido una profunda ovación para agradecer su labor en la diócesis de Valencia y para mostrar su apoyo y reconocimiento en esta nueva etapa que comienza.

A la Diócesis de Santander

Monseñor Arturo Ros dio lectura a sus primeras palabras destinadas a la Diócesis de Santander como Obispo electo, en las que ha comenzando dando gracias “al Santo Padre, el Papa Francisco, por su extraordinaria confianza, y a toda la Iglesia, en la que me siento un hijo privilegiado, amado y acompañado en todos los momentos de mi vida”.

El nuevo Obispo electo afirmó: “Soy consciente de que esta es una responsabilidad que me sobrepasa y que sólo desde la pobreza de espíritu puedo acogerla, la total confianza en Dios. He vivido estos días con preocupación e inquietud pero, al mismo tiempo, quiero entregarme totalmente a la misión que la Iglesia me encomienda. Solicito vuestras oraciones, os puedo decir hoy que ya formáis parte de las mías”.

“Pronto tendremos la ocasión de poder encontrarnos, conocernos y caminar juntos, haciendo experiencia viva de sinodalidad. Siento que me incorporo a vuestra historia, larga y fecunda, para que juntos sigamos escribiendo hermosas páginas de la vida y del futuro de esa hermosa tierra. Por eso transmito también un respetuoso y cordial saludo a las autoridades autonómicas y municipales y mi disposición para que juntos busquemos el bien común, apasionados por la justicia, por la solidaridad, por la paz”.

Por último, se encomendó “a la intercesión y a la protección de los Santos Mártires Emeterio y Celedonio. Suplico a María Santísima, ‘Virgen Bien Aparecida’, que nos acompañe siempre y nos enseñe a ser fieles discípulos de su Hijo”.

Nieto del beato mártir Arturo Ros Montalt

Arturo Ros Arturo Pablo Ros Murgadas nació el 10 de junio de 1964 en Vinalesa (Valencia). Después de haber trabajado en el sector de la banca, entró en el Seminario Mayor de Valencia, donde completó los estudios filosóficos y teológicos en la Facultad de Teología S. Vicente Ferrer (1987-1993), obteniendo luego la Licenciatura en Teología en la misma Facultad. Fue ordenado sacerdote el 29 de mayo de 1993 en Valencia.

Igualmente, desarrolló su ministerio sacerdotal en la diócesis de Valencia donde desempeñó los siguientes cargos: vicario parroquial de La Asunción, en Torrente (1993-1996); párroco de S. Vicente Ferrer y de Ntra. Sra. de la Buena Guía, además de consiliario diocesano de Cursillos de Cristiandad (1996-2000); miembro del Consejo Presbiteral (1998-2003); formador del seminario mayor de Valencia (2000-2005); párroco de Requena (2006-2016); y vicario episcopal de la Vicaría V (Llíria-Requena-Ademuz), (2010-2016). Es nieto del beato mártir Arturo Ros Montalt.

El papa Francisco le nombró obispo auxiliar de Valencia el 27 de junio de 2016, asignándole la sede titular de Ursona (Osuna, Ursonen(sis) –España-, que tenía como metropolitana a Sevilla). Recibió la ordenación episcopal el 3 de septiembre del mismo año.

Cuando fue nombrado Obispo auxiliar de Valencia, el entonces Arzobispo de Valencia, el cardenal Antonio Cañizares, le asignó, entre sus competencias, la Vicaría General para el laicado, familia, vida, pastoral de la caridad y la evangelización de la juventud.

En la Conferencia Episcopal Española (CEE) es presidente de la Subcomisión Episcopal de Juventud e Infancia desde marzo de 2020, y miembro de la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar desde 2016, tras ser reelegido en la Plenaria de marzo de 2017.

Monseñor Ros, de 59 años y natural de Vinalesa, sucede así en la diócesis de Santander a monseñor Manuel Sánchez Monge, cuya renuncia presentó en 2022, como establece el Código de Derecho Canónico al cumplir los 75 años de edad.