José Alfredo Peris, el cardenal Antonio Cañizares, José Manuel Romay Beccaría y Carmen Magallón. Foto: Alberto Saiz.
EDUARDO MARTÍNEZ | 28-1-2015
El presidente del Consejo de Estado, José Manuel Romay Beccaría, afirmó el pasado lunes en Valencia que “las raíces cristianas de Europa son, le pese a quien le pese, indiscutibles”. Por ello, lamentó que “esas raíces fueron ignoradas en la redacción del proyecto de Constitución Europea” y que “tal vez sea ésa una de las causas de su malograda trayectoria”.
Con esa claridad, tan lejana del discurso políticamente correcto, se expresó quien es el presidente de principal órgano consultivo del Gobierno, en un acto desarrollado en la Universidad Católica de Valencia ‘San Vicente Mártir’ (UCV). La ocasión fue la presentación de los libros ‘La Caridad Política’ de Benedicto XVI y ‘Mensaje de esperanza y de unidad’de Francisco, publicados por Romana Editorial junto a la Libreria Editrice Vaticana y que recogen varios discursos de ambos pontífices. El encuentro, titulado ‘La caridad política y las raíces cristianas de Europa’, fue presidido por el arzobispo de Valencia y gran canciller de la UCV, el cardenal Antonio Cañizares.
Política y dignidad humana
En las palabras que dirigió a los presentes, Romay Beccaría elogió las figuras de Benedicto XVI y de Francisco. Del papa alemán, el presidente del Consejo de Estado manifestó que ha “disfrutado enormemente leyéndolo”, dado que “es uno de los grandes pensadores de nuestro tiempo”. De él dijo, además, que “no sólo es un inmenso intelectual”, sino que durante su pontificado fue “un hombre acción”, que “luchó de frente, sin desmayo, ante los males que acechaban a la Iglesia”.
También destacó el “acto de humildad” que supuso su renuncia al ministerio petrino “y que sin embargo tuvo también la potencia sísmica de un terremoto”. Su decisión “hizo invencible su denuncia y desató la primavera que trajo Francisco”, sostuvo.
En relación al hoy papa emérito, el presidente del Consejo de Estado aludió también a su etapa como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Así, recordó que el cardenal Joseph Ratzinger fue “el guardián de la ortodoxia del papa que cambió el mundo [Juan Pablo II], porque el Muro de Berlín no cayó solo”, argumentó Romay Beccaría, aludiendo a la posición del papa polaco contra el comunismo.
El presidente del Consejo de Estado evocó, además, a san Juan Pablo II al repetir sus palabras “Europa, sé tú misma”, que pronunció en Santiago de Compostela en 1982 exhortando a los europeos a que “fuéramos fieles a las raíces cristianas” del continente.
Para el papa Francisco tuvo también palabras cargadas de reconocimiento: “Es un hombre que nos ha llenado de orgullo a todos los exalumnos jesuitas”, dijo primeramente. Luego añadió: “Se ha convertido en el papa de los niños, de los enfermos, de los pobres (…) y del Sermón de la Montaña, sin discusión el sermón más hermoso jamás pronunciado”.
También se refirió a él como “el papa de alegría y de la esperanza, el Juan XXIII del siglo XXI”. Y en la parte final de un emocionado elogio al papa argentino expresó: “El religioso al que en meses nombraron ‘hombre del año’ y al que en días convertimos en patrimonio moral de la humanidad, ése es Jorge Mario Bergoglio”.
Ante el actual desencanto
Durante la presentación de los libros, intervino también el cardenal Cañizares, que aseguró que en los dos volúmenes y en el magisterio de los dos papas referidos en ellos se encuentran “caminos de esperanza, en la caridad y en la verdad, ante tanta incertidumbre y desencanto como hay ahora en España, Europa y el mundo”. Asimismo, subrayó que aunque a veces es “denostada y desprestigiada”, la acción política es algo “extraordinariamente noble”.
A su vez, el rector de la UCV, José Alfredo Peris, hizo hincapié en la necesidad de “devolver la esperanza a las nuevas generaciones para encontrarse con el gran ideal de una Europa unida y en paz, emprendedora, respetuosa de los derechos y consciente de los propios deberes”.
Carmen Magallón, presidenta de Romana Editorial, destacó que los dos libros ofrecen “un itinerario espiritual y cultural idóneo para promover la vocación específica al compromiso político y social, cuya auténtica esencia es la caridad”.