BORJA GITRAMA | 6-07-2014
Carmen e Inma Álvarez.
En el panorama de la evangelización a través de internet, una de las iniciativas punteras en la actualidad es Aleteia, una plataforma digital que integra, a través de las nuevas tecnologías de la información (principalmente la web y las redes sociales), noticias, vídeos, análisis y reflexiones de todo tipo de temas, vistos desde la óptica de la Iglesia Católica. Los contenidos son editados en seis idiomas (español, italiano, inglés, francés, portugués y árabe).
Aleteia es una iniciativa de la Fundación para la Evangelización a través de los Medios. Está dirigida por el periodista Jesús Colina, fundador y ex director de la agencia Zenit. Y en ella trabajan también, entre otros, dos valencianas: Inma, que es editora de la edición española, y Carmen Álvarez, la ‘social media manager’ (responsable de redes sociales). Con ambas hemos mantenido esta entrevista.
-Antes que nada nos gustaría hacer un poco de historia, ¿cómo surge Aleteia?
– Aleteia es un proyecto que surge de la constatación de que, a pesar de que los católicos somos, con mucho, una de las audiencias potenciales más fuertes de internet en número de personas, sin embargo, nuestra presencia es marginal. Somos millones de usuarios, con millones de páginas, perfiles, blogs, cientos de medios de comunicación, divididos y fragmentados. Esto hace que quien busca una página de referencia católica donde encontrar “qué dicen los católicos sobre…” lo tenga difícil. También hay un déficit tecnológico y profesional: hay mucha gente haciendo cosas muy buenas que podrían ser aún mejores si tuvieran medios.
Y entonces, surgió la idea: ¿qué tal si entre todos, reuniendo lo mejor de cada uno, lográramos un producto de calidad, y nos hiciéramos visibles ante el mundo? El espaldarazo final nos lo dio el último mensaje del papa Benedicto para la Jornada de la Comunicación Social del año 2011: hay que evangelizar el continente digital, y para eso, tenemos la responsabilidad de llevar a la Iglesia al 2.0 y al 3.0 [las nuevas plataformas de internet]. No podemos quedarnos rezagados. No podemos evangelizar si no somos visibles.
[su_pullquote]«En la red, los católicos somos una audiencia potencial fuerte, pero con presencia marginal»[/su_pullquote]
La orientación ‘online’ tiene muchísimas aplicaciones, mucho desarrollo y potencialidad, ¿cuáles son vuestras líneas maestras, cómo enfocáis la evangelización y hacia qué público os dirigís?
– Nosotros concebimos al principio Aleteia con el lema ‘Haz preguntas, obtén respuestas, únete a la conversación’. La idea original era hacer una web de preguntas y respuestas, sobre temas actuales a los que la fe puede dar una respuesta. Pero poco a poco el horizonte se fue ampliando: necesitamos hablar de lo que pasa en el mundo, de lo que interesa al católico de a pie, y de lo que a la gente de la calle le interesa sobre la Iglesia.
Nosotros creemos que la base de la evangelización es entrar en conversación con las personas, y eso es lo que hacemos día a día, desde nuestras redes sociales, y con un estilo abierto y amable.
– ¿Qué es lo que más os ha sorprendido en estos primeros años de lanzamiento? ¿Recibís mucho ‘feedback’ al ser eminentemente sociales?
– Nos alegran mucho los mensajes de los lectores que nos dicen que les somos útiles para su vida. Mucha gente nos manda consultas sobre la fe cristiana o sobre qué hacer ante casos de la vida real, y procuramos responder con ayuda de expertos.
Todos los días nuestros lectores dejan alrededor de cien mensajes y comentarios a las noticias. Y nos alegra mucho, sobre todo, cuando gracias a nuestro trabajo hay personas que descubren algo nuevo sobre su fe que no sabían antes.

– ¿Podríais contarnos algún momento especial, algún testimonio de fe o devoción con el que os hayáis encontrado y que recordéis con cariño?
– Recordamos con especial cariño uno, un bloguero italiano, homosexual y católico, que ‘descubrimos’ casualmente. Escribía una emocionante carta al papa Francisco después de que él dijera en el viaje de regreso de la JMJ de Río de Janeiro que si una persona con tendencias homosexuales intentaba vivir y practicar su fe, él no era quién para juzgarle.
En esta carta, este chico, que escribía anónimamente para no sufrir represalias, hablaba de sus sufrimientos y del infierno que había vivido llevando un estilo de vida gay, de su experiencia del amor de Cristo en su vida, y de cómo se sentía llamado a evangelizar también en esas periferias existenciales. Esta carta suscitó una avalancha de cariño y aprecio de todo el mundo, más de medio millón de visitas y cientos de mensajes.
Otra experiencia bonita es que nos escriben personas de países que están pasando muchas dificultades, como Venezuela o Cuba. Recordamos un artículo en el que un escritor venezolano hablaba sobre el perdón y la justicia, en plena revolución estudiantil. Nos decía un lector que lo había pasado a su grupo de compañeros estudiantes y que les había hecho mucho bien.
Tenemos cientos de pequeñas anécdotas, y no sólo en la edición española de Aleteia, pues tenemos también las versiones inglesa, italiana, francesa, portuguesa y árabe. De esta última, nuestros colegas están muy impresionados de cómo muchos cristianos sirios, con lo que están sufriendo, agradecen poder leer en Aleteia las palabras del papa Francisco cada día, que para ellos es como el maná… Son cosas que animan mucho nuestro trabajo.
[su_pullquote align=»right»]«Una experiencia bonita es que nos escriben personas de países que están pasando muchas dificultades, como Venezuela o Cuba»[/su_pullquote]
¿Cómo veis a los medios de comunicación católicos en general? ¿Conocéis alguna iniciativa que aporte un enfoque diferente a los formatos tradicionales?
– Nosotros creemos que entre los medios católicos hay un potencial enorme: hay compañeros trabajando con gran profesionalidad y haciendo grandes aportaciones. Precisamente, nuestro objetivo es llegar a ellos a través de nuestro programa de ‘partners’, y potenciar lo que están haciendo. Es importante entender que Aleteia no es una competencia, sino una ayuda.
Creemos que al margen de los medios tradicionales, hay muchas iniciativas pequeñas, en las redes sociales, que tienen un gran potencial. También hay instituciones que producen cosas interesantes.
– ¿Pensáis que la evangelización en internet es un sector maduro o queda mucho por hacer?
– Bueno, si no quedara trabajo por hacer, Aleteia no existiría, ¿no? Sí, creemos que hay un gran trabajo de cohesión que hay que hacer. Por otro lado, notamos que aún persiste en ciertas instituciones y realidades eclesiales una desconfianza hacia internet. Y en cierto sentido es legítimo…. Internet es una herramienta que pone muchas cosas malas al alcance, pero también muchas cosas buenas. Es como pisar la Luna: la Luna no es mala en sí, pero tiene peligros y también ofrece oportunidades.
– Por último nos gustaría conocer cuáles son vuestros próximos desafíos, hacia dónde va Aleteia…
– Para nosotros el gran reto es unir a los católicos en internet en un proyecto común, con la ayuda de todos. Un proyecto muy del estilo del papa Francisco: fresco, joven, bien hecho, colaborativo, que sepa salir a las periferias y no quedarse en la sacristía. No es un proyecto periodístico más, no es esto lo que se quiere: es formación, televisión, noticias, espiritualidad, conversación, estilo de vida… Es poner lo mejor del mundo católico al alcance de la mano.