B.N. | 30-05-2012
El Seminario Menor de Xàtiva ha acogido el tercer encuentro realizado durante el curso de monaguillos procedentes de diversas parroquias, colegios y movimientos de la diócesis valentina.
Organizado por el Centro de Orientación Vocacional (COV)  Juan Pablo II, han participado niños y jóvenes que hayan tomado la primera comunión y ayuden al sacerdote en sus parroquias en el servicio del altar.
A continuación, ofrecemos el testimonio de algunos  de los monaguillos de la diócesis de Valencia.
JAVIER MOYA y RICARDO CHULIÁ
Torrent, 11  y 9 años.
Parroquia de la Asunción de Nuestra Señora
No hace mucho tiempo que son monaguillos. Javier asegura  que le gusta serlo porque “ayudar al sacerdote es como si ayudaras a Dios”. Por su parte, Ricardo tiene ya claro que quiere seguir “el camino de Jesús hasta el final… cuando sea sacerdote”. Pese a su corta edad, Ricardo dice que tomó esta decisión cuando fue a confesarse “y el sacerdote me impuso sus manos”. Aconseja a los niños que si quieren ser monaguillos pregunten a su párroco o a los catequistas, que ellos les dirán qué pasos han de seguir.
BORJA ZANÓN y TIAGO RODRIGUES
Ribarroja del Turia, 10 y  12 años.
Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción
Borja lleva ya dos años ayudando a su párroco en misa. Él, junto con Tiago y tres chicos más, conforman el grupo de monaguillos de la parroquia. Borja asegura que se unió al grupo por consejo de su hermano, que también había sido monaguillo. “No es fácil serlo porque tienes que estar muy atento en misa”, asegura muy serio, aunque reconoce que lo “más chulo” es “poder tocar las campanas”. Una actividad que le ha dado más de un susto “porque una vez se me enganchó la sotana y casi me caigo yo y las campanas”.
Tiago ya es veterano, es monaguillo desde hace cuatro años y también asegura que “ayudar en misa” es una de las cosas que más le gusta.
FRAN RUIZ
Moncada, 12 años.
Parroquia de San Jaime Apóstol
En un lenguaje coloquial aseguraríamos que Fran es un “monaguillo ‘patidor’”. Tras la Primera Comunión se unió al grupo de monaguillos de la parroquia, luego lo dejó y ahora es uno más de los doce monaguillos que tiene San Jaime Apóstol. “Somos doce como los apóstoles”, comenta entre risas. Más en serio, y al ser preguntado por qué decidió unirse al grupo, comenta que “porque me lo recomendó el cura”. Lo que más le gusta a Fran de ser monaguillo es el poder ayudar en misa y en los bautizos y, por supuesto, y como todo niño que se precie, “acudir a las excursiones que hacemos con el grupo”.