Fue una tarde inolvidable. Una vez más, el pueblo valenciano se volcó con su Madre. 12.000 personas participaron en la Gran Vigilia Diocesana celebrada en la Plaza de Toros de Valencia, el pasado sábado 29 de abril, presidida por el arzobispo de Valencia, monseñor Enrique Benavent, con la presencia de la imagen peregrina de la Virgen de los Desamparados, en un acto organizado con motivo del Centenario de la Coronación Canónica de la Mare de Déu.

La Plaza de Toros de Valencia se llenó. 12.000 personas participaron en la Gran Vigilia Diocesana con la presencia de la imagen peregrina de la Virgen de los Desamparados. FOTO: V.GUTIÉRREZ

❐ C.A./L.B. / 04.05.2023
Una tarde primaveral histórica. Así definían algunos fieles la del pasado sábado 29 de abril, en la que tuvo lugar la Gran Vigilia Diocesana en la Plaza de Toros de Valencia con motivo del Centenario de la Coronación Canónica de la Mare de Déu.
En un ambiente festivo, la gente esperaba a que a las 18:30 horas se abrieran las puertas para poder acceder a la plaza. Las colas eran impresionantes. Caminando, en metro o en autobús, los fieles llegaban desde todas las direcciones, todos con un mismo propósito: participar en la oración junto a la imagen peregrina de la Virgen de los Desamparados y poder escuchar los testimonios que algunas personas iban a ofrecer. Incluso hubo grupos que acudieron desde sus parroquias andando y cantando, alguno de ellos especialmente numeroso, como el de la parroquia de Santo Tomás Apóstol y san Felipe Neri, de Valencia.

La imagen procesional de la Virgen de los Desamparados llegó en su ‘maremóvil’. Al verla, muchos se acercaban a fotografiarla, algunos, incluso, la vitoreaban, y los niños que llegaban junto con sus padres le lanzaban besos.
Desde la apertura de puertas hasta el comienzo los presentes pudieron conocer a través de distintos vídeos las obras que forman parte de la Corona de la Caridad: Villa Teresita, Provida Valencia y Maides. También hubo algunas anécdotas como el Ave María que interpretó el torero Vicente Ruiz ‘El Soro’, muy emocionado, con la trompeta.

Al entrar en el coso taurino, la imagen de la Virgen fue recibida con una gran ovación y aplausos del público, mientras los Seguidores de la Virgen la llevaban en andas hasta el escenario donde fue colocada.

Devoción y recogimiento
El acto se celebró en un tono festivo y a la vez destacó por el gran recogimiento de todos los presentes, muchos de ellos jóvenes, que incluso animados por la iniciativa digital de evangelización ‘Aute’ también hicieron resonar la vigilia en las redes sociales.

La primera parte del acto consistió en el rezo de tres misterios del Rosario acompañados de distintos testimonios de fe ante diferentes realidades como la enfermedad, la vocación o la defensa de la vida. Al poco de empezar la gran sorpresa de la noche fue una lluvia, que apenas duró unos minutos, y que no consiguió deslucir el acto. A cada misterio siguió un canto a la Virgen interpretado por un coro organizado por las Siervas del Hogar de la Madre, promotoras del acto, y formado por jóvenes de distintas realidades eclesiales.

Tras el rezo del Rosario el acto continuó con la procesión del Santísimo bajo palio y acompañado por diferentes jóvenes que portaban antorchas. De pronto, la plaza enmudeció y todos los que pudieron se arrodillaron en actitud de adoración. El Santísimo fue expuesto en el majestuoso templete de la parroquia San Jaime de Moncada, uno de las más grandes de la diócesis. Tras la proclamación del Evangelio, el arzobispo de Valencia, monseñor Enrique Benavent, hizo una pequeña reflexión, a la que siguió un tiempo de adoración, en el que se combinó el silencio con los cantos, entre los que se interpretó el canto eucarístico compuesto para este acto, ‘Ven y Adora’.

La Vigilia finalizó con un ofrenda en la que quedaba representada toda la diócesis, puesto que la realizó un sacerdote y una religiosa, una familia con sus tres generaciones, jóvenes universitarios y un grupo de niños procedentes de colegios diocesanos y de Escuelas Católicas, y la Camarera de la Virgen, Dolores Alfonso. También la cantante valenciana Aisha Bordas interpretó un emocionante ‘Valencians, vingau’.

Además, durante toda la vigilia hubo diversos sacerdotes, colocados a espaldas del estrado, que estuvieron confesando a numerosos fieles.

En el acto además del Arzobispo estuvo el obispo auxiliar de Valencia, monseñor Arturo Ros, el cardenal Antonio Cañizares, los obispos auxiliares eméritos monseñor Javier Salinas y monseñor Esteban Escudero, el arzobispo emérito de Zaragoza, Mons. Manuel Ureña, y el vicario general, Vicente Fontestad.

Tras la bendición la Virgen llevada por los Seguidores y escoltada por el rector y vicerrector de la Basílica, Juan Melchor Seguí y Álvaro Almenar, hubo una pequeña procesión para acercarse a todos los presentes. La emoción contenida en el acto estalló con una fuerte ovación que no cesaba, los vítores, las emocionadas dedicatorias y muchas lágrimas en los ojos. Como era de esperar y no podía ser menos: la Virgen salió por la puerta grande.