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La delegación diocesana de Iniciación Cristiana y Catequesis ha organizado varios encuentros para los catequistas por Vicarías territoriales que, con el lema común “Catequistas: artesanos de esperanza”, comenzarán el próximo 3 de febrero con la finalidad de compartir con ellos una mañana de oración y formación en torno a su misión.

“No hay catequesis sin catequistas y por eso acompañarlos es fundamental para que realicen su misión como testigos de la fe. Hoy es necesario suscitar esta fe y no darla por supuesto en aquellos que participan en los distintos grupos y formas de catequesis que se dan en las parroquias y comunidades”, destacan desde la delegación diocesana.

Según el calendario previsto, el primer encuentro será el 3 febrero, en el Colegio Claret de Xàtiva, dirigido a la Vicaría VI, con fecha tope de inscripción el 21 de enero; el segundo será el 17 de febrero en el Colegio María Ángeles Suárez de Calderón, en Gandia, para las Vicarías VII y VIII, con límite de inscripción el 4 de febrero; y la última será el 24 de febrero, para las Vicarías I, II, III, IV y V, en el Seminario Mayor “La Inmaculada” de Moncada, con cierre de inscripciones el 11 de febrero.

Todos los catequistas están invitados a asistir a estos encuentros que tendrán lugar los sábados indicados, entre las 9.30 horas y las 13.30 horas.

La delegación diocesana de Iniciación Cristiana y Catequesis recuerda la Exhortación Apostólica Evangelii gaudium del papa Francisco, publicada el 24 de noviembre de 2013 en la que se afirma que “no se puede perseverar en una evangelización fervorosa si uno no sigue convencido, por experiencia propia, de que no es lo mismo haber conocido a Jesús que no conocerlo, no es lo mismo caminar con Él que caminar a tientas, no es lo mismo poder escucharlo que ignorar su Palabra, no es lo mismo poder contemplarlo, adorarlo, descansar en Él, que no poder hacerlo. No es lo mismo tratar de construir el mundo con su Evangelio que hacerlo sólo con la propia razón”.

Y prosigue el papa Francisco indicando que “sabemos bien que la vida con Él se vuelve mucho más plena y que con Él es más fácil encontrarle un sentido a todo. Por eso evangelizamos. El verdadero misionero, que nunca deja de ser discípulo, sabe que Jesús camina con él, habla con él, respira con él, trabaja con él. Percibe a Jesús vivo con él en medio de la tarea misionera. Si uno no lo descubre a Él presente en el corazón mismo de la entrega misionera, pronto pierde el entusiasmo y deja de estar seguro de lo que transmite, le falta fuerza y pasión. Y una persona que no está convencida, entusiasmada, segura, enamorada, no convence a nadie”.

Desde la delegación animan a los catequistas de la Archidiócesis a participar en estos encuentros que pretenden, igualmente, “suscitar una renovada conciencia de la misión propia que en este momento debemos desarrollar en la vida de la Iglesia y así poner de manifiesto que el catequista es un artesano de la esperanza en un mundo tan volátil y a veces conflictivo, pues es portador de la buena noticia”.