Este domingo, 'Óbolo de San Pedro': oraciones y colectas para ayudar al Santo Padre Monseñor Osoro anima a todos a la unión con el Sucesor de Pedro

E. M. | 27-06-2012
Las parroquias de la diócesis de Valencia dedicarán las colectas de este domingo a ayudar al Papa en las necesidades de la Iglesia universal y en las  obras de caridad a favor de los más necesitados que promueve. El ‘Óbolo de San Pedro’, nombre de esta colecta pontificia, se realizará en todo el mundo. A su vez, la celebración de la festividad de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo del 29 de junio ha sido trasladada a este domingo, 1 de julio, coincidiendo con el Óbolo de San Pedro.
En una carta del arzobispo de Valencia con motivo de la colecta, monseñor Carlos Osoro anima a todos los fieles a unirse al Santo Padre “con vuestra oración”, así como con la participación en la colecta que “el Sucesor de Pedro realiza al servicio de todos los hombres”, de tal modo que “el anuncio de Jesucristo llegue a  todos”. El prelado añade que “el momento actual requiere una nueva disponibilidad  para socorrer al prójimo necesitado”.
Además, en otra carta dirigida por el vicario general a los párrocos, rectores y capellanes de iglesias abiertas al culto en la diócesis valentina, Vicente Fontestad  recuerda que en la predicación de las misas vespertinas del 30 de junio y todas las del 1 de julio  habrá de procurar “instruir a los fieles sobre el ministerio petrino”.
Los donativos de los fieles al Santo Padre se emplean en obras misioneras, iniciativas humanitarias y de promoción social, así como también en sostener las actividades de la Santa Sede. El Papa, como pastor de toda la Iglesia, se preocupa también de las necesidades materiales de diócesis pobres, institutos religiosos y fieles en dificultad, como pobres, marginados, víctimas de guerra y desastres naturales, prófugos o emigrantes.
Durante su primer año de pontificado, Benedicto XVI definió así el Óbolo de San Pedro: “Es la expresión más típica de la participación de todos los fieles en las iniciativas del obispo de Roma en beneficio de la Iglesia universal. Es un gesto que no sólo tiene valor práctico, sino también una gran fuerza simbólica, como signo de comunión con el Papa y de solicitud por las necesidades de los hermanos; y por eso vuestro servicio posee un valor muy eclesial”.