Entrega de las réplicas de la sagrada reliquia. FOTO: M.GUALLART

REDACCIÓN | 05.11.2020

El cardenal Cañizares presidió la fiesta anual del Santo Cáliz, la primera de las celebraciones tras la apertura del Año Santo Jubilar ‘Cáliz de la Pasión’. Durante la fiesta, organizada por la Cofradía del Santo Cáliz, se entregaron réplicas de la preciada reliquia a siete parroquias y entidades de la diócesis de Valencia.

Tras la inauguración del segundo Año Santo Jubilar del Santo Cáliz ‘Cáliz de la Pasión’, que tuvo lugar el 25 de octubre, otra gran cita tuvo como protagonista a la preciada reliquia: su fiesta anual que se celebra el último jueves de cada mes de octubre, desde la época de san Juan de Ribera.


La fiesta del Santo Cáliz tuvo lugar el jueves 29, a las 19:00 horas en la catedral de Valencia y fue presidida por el cardenal Antonio Cañizares, que aprovechó la ocasión para instar a los fieles valencianos “a vivir la Eucaristía como una gran escuela de paz” porque “de la Eucaristía, del Santo Cáliz de la Cena y de la Pasión que la evoca, brota una llamada, un fuerte impulso y compromiso activo para hacer una sociedad más equitativa y fraterna”.


El cardenal arzobispo de Valencia destacó que “la cultura de la Eucaristía promueve la cultura del diálogo y en ella se encuentra la fuerza y alimento” y animó a los cristianos a “un compromiso para dar más fuertemente testimonio de Dios en el mundo en este Año Jubilar Eucarístico del Cáliz de la Pasión”.

“El Año Jubilar es tiempo para afrontar con generosidad los dramas y pobrezas de este mundo”

Cardenal Antonio Cañizares


Este Año Jubilar quinquenal “es también un tiempo para que las comunidades diocesanas y parroquiales se comprometan a afrontar con generosidad los dramas y pobrezas de este mundo: el del hambre que atormenta a millones de seres humanos; la situación dramática y dura de la covid-19; las enfermedades que afligen a los países en desarrollo; la soledad de los ancianos; la desazón de los parados y de los inmigrantes”, subrayó el Arzobispo.


“Celebramos la fiesta anual dentro del Año Jubilar, en estos momentos de la pandemia en los que el Santo Cáliz, junto con el Lignum Crucis y otra reliquia de la Pasión del Señor que se conserva en la Catedral, nos evocan el amor de Dios, la sangre derramada de Cristo con la que hemos sido rescatados, el perdón y la misericordia de Dios”, señaló el Cardenal.
En la homilía de la misa celebrada en la Seo, el Cardenal hizo una llamada a “ser uno con Él para formar un solo cuerpo que, como el suyo, destile obras de misericordia singularmente en favor de los que están más necesitados de ellas, los pobres, los pecadores, los enfermos, descartados. Eso sí que cambia el mundo, eso sí que es una verdadera revolución para el hombre”.
Igualmente, el Arzobispo precisó que “sólo una Iglesia fuertemente eucarística, solo unos fieles que se alimenten de la Eucaristía, serán una Iglesia y unos cristianos vivos y valientes con capacidad para aportar lo verdaderamente importante de verdad, de amor, de paz, de libertad, defensa del hombre y de su dignidad y humanidad”.