La misa exequial tuvo lugar en la parroquia Aunción de Nuestra Señora de Alaquàs. FOTO: V.GUTIÉRREZ

B.N. | 12.11.2020

El sacerdote Sebastián Alós Latorre, que fue durante diecisiete años delegado episcopal de Cáritas Diocesana de Valencia, falleció el pasado sábado 7, a los 75 años de edad.

La misa exequial por su eterno descanso tuvo lugar en la parroquia Asunción de Nuestra Señora, de Alaquàs, su localidad natal, y fue presidida por el cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares.

“Todos expresamos nuestro dolor porque nos ha dejado un gran amigo. Nunca olvidaremos su implicación con los pobres, con los últimos, con los que pasan hambre, con los sencillos…”, aseguró el Cardenal que recordó que Alós “fue un sacerdote de fe firme, admirable humilde y sencillo como pocos. Siempre en silencio, haciendo el bien y sin querer figurar. Tan sólo se preocupaba en buscar y cosechar para los demás, los últimos. Sin ideologías y siempre apoyado en Dios en uno de los pasos que daba”.

Y así fue como Sebastián Alós vivió sus días al servicio del Señor, “como uno más, casi desconocido pero ejemplar. Su vida sacerdotal fue el ejemplo viviente del buen samaritano. Se tomó muy en serio la llamada de Jesús; lo acompañó con locura hasta el último de sus días con el sufrimiento que padeció…con la cruz de la enfermedad”, recordó don Antonio.
De igual modo lo definió como un sacerdote “tan enraizado en la tierra, tan hondamente comprometido con las realidades temporales, con las pobrezas y con las necesidades del desarrollo y la promoción humana, y, al mismo tiempo e inseparablemente, encauzando y dirigiendo en la diócesis la vida espiritual”.

Por último, el cardenal Cañizares quiso resaltar que pese a los muchos dolores que padecía “siempre tenía la sonrisa en la boca. Así son los “santos de al lado”, en expresión del Papa Francisco: este fue Sebastián Alós Latorre”, concluyó.
De esta manera también lo recordó Nacho Grande, actual director de Cáritas Diocesana de Valencia, al afirmar que “Sebas fue un auténtico artesano de la Caridad y forjador de Esperanza. Allá donde iba cautivaba por su ejemplo y testimonio encarnado”.

Tras la misa funeral, los restos mortales, recibieron cristiana sepultura en el cementerio de Godelleta.

Vida de continua entrega

Sebastián Alós nació en Alaquàs el 25 de noviembre de 1944 y recibió la ordenación sacerdotal en 1973. Su primer destino fue como vicario en la parroquia Santa Marta, de Puzol, donde estuvo dos años.

En 1975 fue nombrado consiliario diocesano de la HOAC (Hermandad Obrera de Acción Católica) y director del ISO (Instituto Social Obrero) de Valencia, responsabilidades que desempeñó hasta que en 1993 fue designado delegado episcopal de Cáritas Diocesana, y también de la Pastoral Social y del Trabajo, al frente de la que estuvo durante cuatro años.
Igualmente, fue capellán del Instituto de Sordomudos de Valencia desde 1976 a 1989, y profesor del Instituto Diocesano de Ciencias Religiosas de 1996 a 1997.
En 2011 por motivos de salud, Sebastián Alós dejó la delegación episcopal de Cáritas Diocesana de Valencia y fue nombrado presidente de la comisión diocesana de Espiritualidad del Arzobispado, responsabilidad que desempeñó hasta 2017.
Era desde 1998 miembro del patronato de la Fundación ‘Ad Gentes’ y, desde 2006, presidente delegado de la Comisión ‘Justicia y Paz’. Fue también director del programa diocesano de atención al inmigrante.
Desde 2003 hasta 2014 fue miembro del Consejo Presbiteral de la diócesis.
Entre otras responsabilidades, Sebastián Alós fue director del secretariado de la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar de la Conferencia Episcopal Española, de 1989 a 1993 y consiliario de la Junta Diocesana de Acción Católica.
Hace un mes, el pasado 7 de octubre, Sebastián Alós recibía el Premio Castell d´Alaquás, otorgado por su Ayuntamiento a propuesta de las Cáritas parroquiales de la localidad, en reconocimiento a “su vida entregada por los demás, humilde y sencilla, generosa, comprometida, reivindicativa y conciliadora”. Así destacaban al promover el premio para Alós su “ejemplo de vida para los cristianos y su dedicación por completo a personas migrantes, sin techo, mujeres víctimas de la prostitución, personas con adicciones, madres solas con hijos a su cargo, entre otros”.
La conselleria de Inmigración y Ciudadanía también concedió a Sebastián Alós en el año 2008 el galardón de ‘Participación Ciudadana’.