MARTA ALMELA| 20.10.23

La formación de las mujeres de la Selva Peruana en el Amazonas fue el objetivo que impulsó al dominico y misionero Ramón Zubieta a fundar, en 1918, la congregación de las hermanas Misioneras Dominicas del Rosario. “Somos misioneras porque fuimos fundadas en la misión, para la misión”, señala la religiosa María Castro.

“Nuestro fundador, que trabajaba en al formación de niños, sintió la necesidad de contar con la ayuda de mujeres que pudieran realizar la misma formación con las niñas, para que el trabajo fuera completo, ya que, formar a un sólo hombre es importante, pero si formas a una mujer, estás formando a una sociedad”, señala la misionera.

Así, el dominico Ramón Zubieta “comenzó a desarrollar esta labor junto a la madre Ascensión Nicol y cuatro monjas más procedentes de Huesca, naciendo así nuestra congregación”.

María Castro Caiucua, Misionera Dominica del Rosario, es actualmente la superiora de la comunidad que, desde hace dos meses, está presente en la diócesis de Valencia. Un total de 14 hermanas, de ocho nacionalidades diferentes forman, desde el pasado mes de agosto, la nueva comunidad, ubicada en al localidad de Aldaia.

“Nos hemos instalado en Aldaia, gracias a nuestra madre general, la religiosa Raquel Gil Mas, que es valenciana y natural de esta localidad”. La nueva comunidad, inaugurada oficialmente el pasado 29 de septiembre, tiene como objetivo “la formación de jóvenes para la misión, una vez terminen el tiempo en esta casa, realizarán sus votos perpetuos y partirán a los países de misión”.

En la actualidad la congregación está presente en 22 países de los cuatro continentes, trabajando “para evangelizar a los pobres donde la Iglesia más nos necesita”, según marca su carisma. La evangelización “tiene muchos caminos, no sólo la lectura de la Palabra, evangelizamos con el trabajo, con la formación y con la promoción”, añade María, que asegura su enorme vinculación con España, ya que es en la ciudad de Madrid donde se encuentra su casa general.