Luis con su abuelo a la salida del colegio. Él es quien muchas veces le recoge. (Foto: Víctor Gutiérrez)

B.N| 22.07.2021

La irrupción del coronavirus ha hecho que se reduzca el porcentaje de abuelos que se ocupan de diversas tareas de sus nietos, como llevarlos al colegio o a extraescolares, cuidarlos cuando trabajan los padres o están enfermos o durante los fines de semana. Por el contrario, han aumentado las llamadas y videollamadas entre los mayores y sus nietos, tal y como se desprende del Barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Lo que no ha podido cambiar la pandemia es el amor que los nietos sienten por sus abuelos… aquí dejamos una muestra recogida en Valencia por PARAULA

Luis y Belén
“NOS HAN ENSEÑADO A REZAR”

Para estos hermanos de 11 y 7 años sus abuelos son su mundo. Para el mayor “mi abuelo me da mucha confianza. Puedo hablar con él de todo y siempre me da consejos para los problemas. Y nos han enseñado a rezar”. La pequeña reconoce que sus abuelos son quienes “me dan todo lo que quiero y me hacen mis comidas favoritas”. “Pocas veces los he visto enfadados con nosotros, y eso que hemos hecho algunas trastadas en su casa”, reconoce Luis. Aunque su semblante se vuelve serio cuando suspira y reconoce que “¡ojalá fueran eternos!”.

Alba
“¡SON LOS MEJORES!”

Alba lo tiene muy claro, para ella sus abuelos Susi y Paco “son los mejores del mundo entero. Los quiero mucho aunque siempre estén discutiendo, son los mejores”. Con una gran sonrisa pícara nos reconoce que “me da mucha risa mi abuela porque es muy graciosa. Como por un oído no escucha nada, cuando tú le preguntas algo te contesta algo diferente”.
Y qué decir de su abuelo Paco, “aunque nunca me de abrazos ni me diga que me quiere yo sé que me quiere mucho… ¡como yo a él!”. Y concluye afirmando con rotundidad que “estas solo son unas de las razones por las que quiero tanto a mis abuelos”.

Carla
“TE QUIEREN MÁS QUE A NADA”

Carla reconoce que sus abuelos “son puro amor e inocencia”. Además, no duda en afirmar que ellos “te quieren más que a nada y te anteponen ante todo”. Con una sonrisa traviesa asegura que “te dan todos los caprichos y te ceban a comida”, pero eso sí “lo hacen con todo el amor y ternura del mundo”.

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