L.A. | 4-10-2018
El emotivo abrazo del cardenal Cañizares y el Papa al comienzo de la audiencia. (FOTO: SERVIZIO FOTOGRAFICO – VATICAN MEDIA)En una amplia entrevista el pasado viernes en “El Espejo de la Iglesia en Valencia”, de COPE, el cardenal Antonio Cañizares aportó algunas claves de la audiencia con el papa Francisco de la que les ofrecimos en nuestros último número las intervenciones integras tanto del Santo Padre como del Cardenal.
A continuación, destacamos algunos fragmentos de la entrevista en COPE Valencia.
– ¿Cómo ha encontrado al Papa en estos momentos?

– Le he encontrado espléndidamente, con una alegría grande, con un humor extraordinario, incluso improvisando ese humor en la alocución que nos dirigió. Todo esto era indicio de cómo el Papa ama a la diócesis de Valencia, cómo la conoce y cómo realmente nos indica el camino que hemos de seguir en la diócesis de Valencia.
El Papa es un hombre de fe, de esperanza enteramente puesta en Dios, con un amor grandísimo a la Virgen María, y así se nos presenta confirmándonos en la fe a todos. A mí siempre me confirma en la fe, y además en la comunión inquebrantable junto a él, en la adhesión a él y en el cariño hacia él. El tiene mucho cariño hacia Valencia, que también le tengamos en Valencia mucho cariño hacia él.
La Iglesia es con Pedro, al lado de Pedro, y siguiendo a Pedro, como él siguió a Jesús.
– Incluso usted, como arzobispo de Valencia, en nombre de toda la diócesis, le invitó a venir.
– Uno de los motivos de la visita era renovar la comunión inquebrantable con el Santo Padre y, sí, invitarle, si él puede, y ojalá que algún día le veamos por Valencia.
– En las palabras del Santo Padre dedicadas a Valencia hubo una alusión muy especial al Santo Cáliz: “De alguna manera conservar el Santo Cáliz en la Catedral hace a la Iglesia en Valencia testigo y portadora de la verdad de la salvación”. ¿Toda una apelación qué nos compromete?
– Desde luego. Y además el Santo Cáliz hace a la Iglesia en Valencia una Iglesia profundamente eucarística, algo que recogió muy bien san Juan de Ribera y que yo trato de impulsar con la centralidad de la eucaristía. ¿Tiene la Iglesia en Valencia algún titulo especial para tener el Santo Cáliz? Ha sido un regalo de Dios que se ha producido en la Historia y eso significa una responsabilidad: ser una Iglesia eucarística, una Iglesia evangelizadora, que es lo que nos dijo el Papa en la audiencia, recordando a san Vicente Ferrer, evangelizador de Europa, y evangelizar para llevar a cabo la unidad y comunión de toda la Iglesia de la que fue verdadero apóstol san Vicente Ferrer, una idea en la que el Papa insistió, y eso proviene de la eucaristía. Por cierto, precisamente le regalamos al Papa una réplica del Santo Cáliz y una imagen en porcelana de san Vicente Ferrer. Le gustaron muchísimo, no se los esperaba.

– ¿Cómo le sonó esa afirmación tan rotunda del Papa “Valencia es tierra de santos”?

– Es una frase muy expresiva que dijo el Papa y es cierto… y de grandes santos, san Juan de Ribera, santo Tomás de Villanueva, san Vicente Ferrer, san Vicente Mártir, y tantos y tantos.. y recientemente tenemos a un santo arzobispo a punto de ser beatificado, el venerable García la Higuera, y también pronto veremos a don Marcelino Olaechea. ¿Qué quiere decir esto? Que la Iglesia en Valencia tiene que seguir la huella de los grandes maestros que ha tenidos, una pastoral de la santidad es esencial y por eso insistió en la oración para ser testigos de Jesucristo. Para mí, las palabras del Papa fueron un gran aliento. De hecho, como señalé al Consejo diocesano al lunes siguiente, en esas palabras del Papa tenemos el norte para nuestra auténtica renovación sacerdotal
– En breve, como también le indicó usted al Santo Padre, se incorporan ya a la diócesis las religiosas de Iesu Comunnio, en Godella, en el que fuera monasterio de las Salesas, junto a la Universidad Católica, en la antigua Edetania; las Siervas del Hogar de la Madre ya están en el monasterio de la Trinidad de Valencia; las monjas de Claraval, en el convento Corpus Christi; comunidades religiosas de vida contemplativa en conventos o monasterios muy próximas a centros universitarios ¿a qué responden estos emplazamientos”.
– Esto responde sencillamente a la gracia de Dios, que mira a Valencia con especial complacencia y por eso nos regala todas estas comunidades religiosas. Todo esto es signo de que Dios quiere que Valencia se revitalice. Hay una nota común todas ellas, son muy contemplativas pero ninguna de estas comunidades es estrictamente de clausura, sino una vida contemplativa y de clausura muy abierta, para evangelizar, para atraer y llamar a jóvenes que realmente se sienten en la presencia del Señor, que nos está mirando, ciertamente como nos dijo el Papa. Van a tener que ver mucho con los jóvenes universitarios.
También le expliqué al Papa que Valencia tiene entre las dos Universidades que dependen de la Iglesia alrededor de 30.000 alumnos pero existen 250.000 alumnos en otras Universidades a los que no estamos atendiendo y para mí es un verdadero pecado de omisión, grave. Hemos de atender a todos en el lugar en el que se encuentran, y en esto nos van a ayudar mucho las religiosas que vienen a Valencia. Y todo esto significa que en Valencia va a haber un verdadero pulmón para invocar al Señor y pedirle que derrame su espíritu para que esta Iglesia sea una Iglesia evangelizadora de los jóvenes, para que se les anuncie a Jesucristo, que es la única esperanza.
Eso es lo que los jóvenes necesitan y eso es lo que espero que el Sínodo de los Obispos ofrezca a los jóvenes de todo el mundo, con obras y palabras. Cuando estuve con los presidentes de conferencias episcopales en Polonia se lo escuché: “Es lo están pidiendo a gritos los jóvenes”. “Ojalá escuchemos hoy la voz del Señor, no endurezcamos el corazón”.