BELÉN NAVA | 19-02-2016

La diócesis de Valencia contará, desde el próximo mes de marzo, con un servicio especializado para acompañar a  personas que sufren, el Centro de Escucha San Camilo de Valencia (Centro Arrupe).  Un servicio ofrecido conjuntamente en Valencia por el Centro Arrupe (Jesuitas) y los religiosos Camilos, vinculado al Centro de Humanización de la Salud de Tres Cantos en Madrid, que “quiere dar una ayuda complementaria a la ofrecida desde los servicios de salud así como los asistenciales y sociales a las personas que lo solicitan”, indican fuentes del centro.
Este nuevo centro, que será presentado el próximo 27 de febrero y abrirá sus puertas el 1 de marzo, nace ante la necesidad, por parte de personas de “toda edad y condición” de sentirse escuchadas por personas capacitadas ante distintas situaciones de sufrimiento.
Se trata de un servicio gratuito de ayuda y asesoramiento psicológico destinado a aquellas personas sin recursos que están pasando por una situación de sufrimiento y de confusión o desorientación en sus vidas.
“Este hecho  -explican- se repite en centros sanitarios, sociales y asistenciales donde los profesionales, más allá de su trabajo, se encuentran con personas que solicitan acom­pañamiento, escucha y asesoramiento en situaciones vivenciales que escapan a su labor y para las que no tienen porqué estar capacitados ni cuentan con tiempo suficiente para ello”.
Conocedores de ello, y de forma conjunta, el Centro Arrupe y los religiosos Camilos han decidido abrir en Valencia un centro de escucha en el que acompañar a las personas “para afrontar sus dificultades desde una perspectiva humanista e integral del ser humano (teniendo en cuenta su dimensión física, racional, emocional, social y espiritual) y ayudando a potenciar sus propios recursos y posibilidades a través de la relación de ayuda y el counselling (psicología de apoyo)”.
En el centro de escucha se ofrece atención individual, especializada a personas en duelo y a personas migrantes. Para ello se establecen encuentros individuales de una hora aproximada de duración un día a la semana de lunes a jueves.
Hablar y ser escuchado
La característica del acompañamiento realizado desde esta perspectiva humanista e integral es que utiliza la escucha como herramienta terapéutica.  “Escuchar es centrarse en la persona que sufre y no en su problema -matizan desde el nuevo centro-. Permitir a la persona hablar y ser escuchada realmente le supone una disminución de su angustia, de ahí la expresión común de “desahogarse”, ya que muchas veces cuando sufrimos tenemos esa sensación de ahogo. De esta forma se da espacio al escuchado para que se comunique con confianza y libertad, se explore, se comprenda y sea él mismo quien aborde su situación y quien tome la dirección de su vida, atravesando el sufrimiento y encajándolo sanamente en su biografía personal”.