Eduardo Martínez | 13-01-2012

Participantes en la celebración, de rodillas para adorar al Santísimo / J. Peiró


La última vigilia de jóvenes con el Arzobispo en la basílica de la Virgen de los Desamparados se celebró en una jornada de lo más particular: 6 de enero, día de Reyes. Como los Magos de Oriente hace dos mil años, numerosos jóvenes acudieron al templo a adorar al Señor. ¿Cómo? Con gestos, como en el momento en el que don Carlos levantó al Santísimo en su custodia, mientras los fieles permanecían de rodillas. Y también con palabras, como en las oraciones expresadas espontáneamente por muchos de ellos, en las que no sólo pedían, sino también agradecían y bendecían a Dios.
Pero esos mismos jóvenes también  adoran al Niño en su vida cotidiana con hechos. Así sucede cada vez que ayudan a los demás, en particular a los más necesitados, y así lo contaron a PARAULA algunos de ellos al término de la vigilia.
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