B.N. 7-09-2016
Los 200 peregrinos valencianos compartieron momentos de oración y reflexión en Taizé.
Tras pasar unos inolvidables días en Cracovia, doscientos jóvenes valencianos,  recalaron en la localidad francesa de Taizé de camino de vuelta a Valencia. La mayoría de los jóvenes formaban parte de la peregrinación diocesana organizada por el Ar­­zobispado de Valencia para la Jornada Mundial de la Juventud con la que participaron en los actos de la JMJ con el papa Francisco y además pudieron visitar lugares tan significativos como el santuario de Czestochowa, el de la Divina Misericordia o el campo de concentración de Auschwitz, entre otros.
“En Taizé, los jóvenes han podido devolver la visita multitudinaria que significó el Encuentro Europeo celebrado el pasado fin de año en Valencia y además, vivir unos días de oración y reflexión con los jóvenes que se encuentren allí”, indicó Óscar Benavent, presidente de la comisión diocesana para la Infancia y la Juventud.
Junto a otros dos mil jóvenes llegados de diferentes partes del mundo, los valencianos se adpataron con facilidad al ritmo que marca la oración en la Tazié. Así, participaron en las oraciones que realizan los integrantes de la comunidad ecuménica, realizaron talleres bíblicos y “compartieron experiencias y lo que la palabra de Dios les suscita”.
En Taizé los valencianos fueron acogidos “muy bien, con los brazos abiertos” señaló Benavent. Y es que hay que recordar que hasta allí llegaron “como una muestra de agradecimiento porque también se acuerdan mucho de nosotros y de lo que fue la acogida en Valencia”.
Junto a ellos, y a lo largo de todo el verano, han ido llegando a Taizé jóvenes valencianos en viajes organizados desde Acogida Valencia. Para muchos de ellos ha sido la primera vez que han entrado en contacto con la comunidad ecuménica en la localidad francesa atraidos por lo vivido en el Encuentro Europeo que se celebró en nuestra ciudad a finales del año pasado. “Muchas personas han conocido Taizé y queremos darles la oportunidad de vivirlo con la comunidad allí mismo”, aseguran desde Acogida Valencia.
Para Charo, la semana que ha permanecido junto a la comunidad ecuménica ha sido un tiempo para encontrarse con Dios a través de la naturaleza y el silencio. “Ha sido una semana de silencio y oración vividos en activa comunidad. Una organización impecable”, explica.
Hasta allí, este verano también se han acercado familias. Aunque no conviven junto a los jóvenes si que participan junto a ellos en algunas de las actividades y oraciones que los hermanos de Taizé celebran. Así lo reletaba una de ellas, valenciana, que indicaba que “para toda la familia fueron unos días cargados de espiritualidad, de sentimiento de familia y fraternidad con muchas personas que nos llevamos en el corazón, y también de valentía en vivir la espiritualidad del amor y la paz unidos a la Fuente, en oración, sabiendo que esta opción, en la semana en que asesinaron al sacerdote francés, todavía reciente el atentado en Niza, y siendo punto de mira del terrorismo, era y es una opción de apostar por lo realmente importante. Para los jóvenes también fue muy positivo, principalmente la oración y la amistad. Para los pequeños fue muy divertido”.