La X edición de las Coleolimpiadas contó con la participación de más de 2.000 alumnos de Colegios Diocesanos. FOTO: V.GUTIÉRREZ

❐ BELÉN NAVA
A finales del siglo XIX, Pierre de Frédy, barón de Coubertin, decidió relanzar los Juegos Olímpicos y revivir esta antigua tradición de la cultura griega. Desde sus inicios pensó en el deporte como un catalizador que ayudaba al ser humano a mejorar en todas las facetas vitales. Sin olvidar, por supuesto que “lo importante no es ganar, sino participar”.
Y este ha sido sin lugar a dudas el espíritu de la décima edición de las Coleolimpiadas Diocesanas en las que han participado más de dos mil alumnos de 6º de Primaria de los colegios diocesanos, integrados en la Fundación San Vicente Mártir.
En esta edición “no ha habido entrega de trofeos porque, en esta ocasión, la victoria es de todos ya que podemos celebrar de nuevo, y con mucha ilusión, las Coleolimpiadas después de dos años en los que no pudimos vivirlas debido a la pandemia”, afirmó Miguel Ángel Coello, gerente de la Fundación San Vicente Mártir de Colegios Diocesanos.

Lo que se ha tratado desde un principio es de “fomentar y favorecer el encuentro entre los niños y entre los centros, la participación y el deporte”, destacó. Y es que tras estos dos años de pandemia, y con apenas unas semanas en las que se ha vuelto a una relativa “normalidad” había ganas de encontrarse con otros colegios y participar todos juntos de una jornada lúdica a la par que deportiva.

“Con estos encuentros fomentamos unas jornadas de convivencia con todos los alumnos de nuestros centros, que conozcan a otros colegios y que, ante todo, sea una jornada de trabajo en equipo, de amistad y compañerismo, no tanto de competencia deportiva, para que además sepan valorar el esfuerzo, sin importar, además, la condición física de cada uno de ellos”, explicó Coello.

En la línea de salida
Con temperaturas más que veraniegas, la décima edición de estas Coleolimpiadas reunió a prácticamente todos los centros de la diócesis de Valencia que tienen Primaria. Era un día para disfrutar del aire libre y salir de las aulas. La alegría, tanto de profesores como de alumnos era patente.

El colegio Sant Francesc de Guadassuar, tras una vuelta simbólica a la pista de atletismo del tramo III del antiguo cauce del río Turia, como ganadores de la anterior edición, hacían entrega del trofeo a los organizadores. Un gesto que daba el pistoletazo de salida a las distintas pruebas atléticas organizadas, tales como carreras de velocidad de 100 metros, el salto de longitud en tierra, la habilidad entre conos y vallas y el lanzamiento de balón medicinal.

Los ánimos de los compañeros y de los profesores de Educación Física estuvieron presentes durante toda la kornada. No se trataba de saltar más que el compañero o de correr más, sino de pasar un día con los amigos practicando deporte y conociendo a chicos y chicas de sus mismas edades que comparten sus mismos valores.

Ademas, el colofón final de la jornada fue la carrera de relevos, donde participan alumnos de todos los colegios allí presentes. Como se repitió a lo largo del día, lo más importante no era ganar, sino participar de las pruebas y de una fenomenal jornada de compañerismo, respeto y amistad. “Lo importante es estar en la línea de salida”, aseguró Coello.

Formación integral
Las coleolimpiadas diocesanas son fruto del esfuerzo que se realiza a través de la comisión deportiva de la fundación. Son el reflejo de los valores que los colegios transmiten día a día a sus alumnos y que se basa en una formación integral de los alumnos de acuerdo con una concepción cristiana del hombre, de la vida y del mundo. Esta formación integral consiste en el desarrollo armónico de todas las dimensiones de la persona: física, psicológica y trascendente. “Educamos personas completas”.

A través, en este caso, del deporte, y acompañados por sus profesores de Educación Física los alumnos desarrollan sus capacidades, se conocen y se valoran. Porque tal y como se refleja en la propuestas educativas de Colegios Diocesanos, “el alumno es un ser en crecimiento, que necesita ser ayudado, acompañado, guiado, la familia en primer termino, y la comunidad educativa, elegida por los padres, en segundo, tienen esta misión”.

Se trata, en definitiva, de educar niños y jóvenes felices. Personas capaces de mejorar la sociedad, desde los valores del Evangelio para que los integren en su modo de actuar y vivir, además de ofrecerles a Cristo como modelo en su vida. Colegios Diocesanos educa desde el amor, el perdón, la escucha, la oración, el respeto a cada niño. La comunidad educativa es a la vez comunidad cristiana, donde todos evangelizan y son evangelizados.

Próximas citas
Las próximas citas importantes para Colegios Diocesanos serán el encuentro musical para los alumnos de de 4º de Primaria y la marcha diocesana para los de 2º de ESO. En el encuentro musical se pretende que los niños puedan seguir aprendiendo y disfrutando de la música como lenguaje universal y de unión. La marcha diocesana es una ocasión para fomentar la convivencia entre los escolares de los diferentes centros, así como la práctica de hábitos saludables en pleno contacto con la naturaleza.