L.B. | 13-07-2018
Los fieles acompañaron a la imagen de la Virgen en romería hasta la ermita de San Vicente. (Foto: M.GUALLART)Salvas, flores, repique de campanas y mucha música esperaban a la imagen procesional de la Virgen de los Desamparados en la visita que realizó el pasado fin de semana a Llíria con motivo del Año Jubilar Vicentino.
La imagen peregrina fue recibida por los edetanos el viernes en la explanada de la estación, donde llegó con el ‘maremóvil’ y donde se produjo el encuentro con la imagen de san Vicente Ferrer, copatrón de la localidad. Allí se lanzaron veintiuna salvas en su honor.
Con los ancianos
De la estación fue trasladada a la residencia de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados donde fue recibida con el repique del carillón. La comunidad de religiosas y medio centenar de ancianos le esperaban a la puerta. Un gran cartel con la frase ‘Bajo tu amparo nos acogemos’ y un tapiz con el escudo de la congregación colocados en la fachada dieron la bienvenida a la Virgen. Tanto el interior de la residencia como el templo de Nuestra Señora del Remedio, donde se celebró una misa, fueron decorados con flores, algunas de ellas elaboradas en papel por los propios ancianos. Durante la ofrendas de la misa los ancianos le ofrecieron a la Mare de Déu un tapiz de flor y, posteriormente, tuvieron un momento de oración personal ante la Virgen, que algunos aprovecharon para acercarse y acariciarle.
“Hemos recibido a la Virgen como se merece y con el estilo de las Hermanitas”, que estuvieron presentes en todas las celebraciones “porque no hemos querido separarnos de la Virgen”, indica la superiora de la comunidad, madre Mª Rosario Gimeno. “Los ancianos se han mostrado muy satisfechos con la visita y ahora quieren que organicemos una salida a la Basílica de la Virgen en Valencia”, añade la religiosa.
Por la noche, en la Asunción de Nuestra Señora, tuvo lugar una vigilia de oración muy concurrida, organizada por el grupo de jóvenes de la parroquia y en la que participaron fieles de toda la población.
El sábado por la mañana la imagen recorrió en romería los más de 6 kilómetros que separan la población de la ermita de San Vicente Ferrer, siguiendo la misma ruta de la tradicional romería que se realiza en el mes de abril. Durante el camino la imagen procesional de la Virgen se detuvo en la parroquia María, Madre de la Iglesia. Y ya en el parque hizo otra parada ante el olivo en el que, según la tradición, el santo dominico predicó y realizó un milagro en 1410. En la ermita, que este año es templo jubilar, tal como anuncia una lona colocada en la fachada con el logotipo del Año Santo Vicentino, se celebró una misa.
Música para la Virgen
Por la tarde, de nuevo en la Asunción, se realizó una ofrenda de flores a la Virgen en la que participaron las distintas cofradías, la Mayoralía de san Vicente Ferrer, los festeros de la Corte de María, las comisiones falleras y las comparsas de moros y cristianos. Ya de noche, en la plaza, tuvo lugar una ‘nit de folklore valencià’ a cargo del ‘Grup de Danses El Tossal’ y una cena de hermandad que congregó a fieles de toda la población. Mientras, el templo permaneció abierto para que los vecinos entraran a orar ante la Virgen, que en todo momento permaneció acompañada.
El domingo el templo parroquial acogió la misa solemne y, antes de su despedida, la Virgen recorrió las calles cercanas acompañada por la banda de música, como no podía ser menos en Llíria, ciudad de la música.
Vicente Cerezo, párroco de la Asunción, califica la visita como “muy positiva” porque “ha movido a la gente, que se ha volcado tanto durante la preparación de la visita como durante la misma”. Además de haber servido para “estrechar la relación entre las distintas comunidades parroquiales”.