En el estadio fue recibida por la afición, representantes del club, los capellanes y los párrocos de Orriols. FOTO: F. Perona

❐ M.A.P. / B.N | 21.09.23
Era una de las visitas más esperadas. La afición ‘granota’ esperaba con emoción la llegada de la imagen peregrina de la Virgen de los Desamparados al estadio Ciutat de València.

Allí la recibieron representantes del Levante UD y numerosos aficionados que no dudaron en ofrecerse para llevarla a hombros. La Virgen fue arropada por los asistentes, de forma literal, ya que fue protegida con paraguas y un gran toldo cuando fueron sorprendidos al final del acto por un fuerte aguacero.

Este acto forma parte del programa de actividades organizadas con motivo de la visita de la ‘Peregrina’ a las parroquias del barrio valenciano de Orriols.

Tras visitar durante cuatro días la parroquia Nuestra Señora del Sagrado Corazón, la imagen procesional de la Mare de Déu fue llevada hasta San Jerónimo, en un recorrido en el que tuvo lugar una parada especial al estadio del Levante UD.
Vecinos, aficionados -un grupo de ellos la llevó a hombros- y representantes del club “granota” dieron la bienvenida a la imagen de la Virgen en un acto que contó con la presencia de los capellanes del equipo de fútbol, José Luis Sánchez y José Gerónimo Tébar, los párrocos de San Jerónimo y de Nuestra Señora del Sagrado Corazón, Jesús Sánchez y Ricardo José Belda, respectivamente, y el Consiliario Diocesano de Juniors M.D., Domingo Pacheco.

Paraguas y una gran lona
“Durante todo el día estuvimos pendientes de la previsión del tiempo que mejoró por la tarde, incluso lució el sol, y la salida desde Nuestra Señora del Sagrado Corazón se realizó sin problemas. En el estadio empezó a llover, poco al principio y después, con fuerza. La imagen fue protegida con varios paraguas y una lona de plástico, porque la lluvia venía de lado y aunque estaba bajo una cubierta, llegaba”, explica Sánchez.

Finalmente, la imagen fue trasladada hasta San Jerónimo en su “maremóvil” porque “la lluvia impedía hacerlo a hombros” y, una vez en la parroquia, “celebramos el rito de acogida y una vigilia de oración”, señala.