❐ CARLOS ALBIACH | 17.03.2022

En la casa de espiritualidad se han alojado a diferentes familias, algunas con niños. A.SAIZ

Uno de los lugares que se han destinado a acoger refugiados de Ucrania es la Casa de Espiritualidad La Purísima en Alaquàs, que se ha convertido en un hogar para cien personas, entre los que se encuentran familias con niños. Esta instalación han sido cedida por los Jesuitas al Ayuntamiento de Valencia para que se lleve a cabo esta actuación de emergencia. Para gestionarlo se ha contratado a la Fundación Amigó, de los religiosos Terciarios Capuchinos, que cuentan con gran experiencia en acogida.

Las familias que se encuentran en esta casa de Alaquàs vinieron con diferentes medios desde su país tras cruzar la frontera. Desde avión hasta coches particulares o autobuses. El objetivo, como cuenta el director territorial de la Fundación Amigó en Levante, el terciario capuchino Rafael Yagüe, “es que la casa sea un verdadero hogar para todos y que ellos sean parte activa tanto en las actividades como en las responsabilidades”.

Desde la fundación Amigó se está trabajando desde diferentes perspectivas. Una de ellas es la labor que realizan los trabajadores sociales para formalizar su situación. También cuentan con un equipo de psicólogos, así como de educadores e integradores sociales que trabajan en organizar el día a día del centro. La primera prioridad, como explica Yagüe, “es conseguir su autonomía”, por lo que las clases de español han sido uno de los primeros recursos que han puesto a su disposición, puesto que el “idioma es la gran barrera”. De cara al futuro, y al ser una situación que va cambiando según la situación del conflicto, se trabajará en su integración laboral. “Son familias normalizadas que vienen con sus profesiones”, explica. También los niños se escolarizarán en los colegios de la localidad. “Vienen de un conflicto, que parece que será largo, pero su voluntad es volver cuando se pueda”, apunta.

Una de las áreas en la que se trabajarán es la psicológica: “se están mostrando muy fuertes y muy activos pero no hay que olvidar que han vivido una tragedia muy grande, por lo que los problemas irán aflorando y hay que estar ahí para ayudarles”, destaca el director. También se les está buscando ayuda espiritual de su confesión cristiana.
Uno de los aspectos que el religioso destaca es la gran ola de solidaridad que se ha levanto tanto en Alaquàs como en localidades cercanas como Torrent. Muchos de sus vecinos, así como comerciantes y farmacéuticos han ido haciéndoles llegar diferentes productos que necesitaban. También muchos voluntarios se han ofrecido y están colaborando en las tareas que se van necesitando.