El cardenal Antonio Cañizares y el director del centro, Vicente Aparicio, mantuvieron un encuentro de trabajo. FOTO: A.SÁIZ

El arzobispo de Valencia, el cardenal Antonio Cañizares, visitó recientemente la Ciudad de la Esperanza, ubicada en la localidad de Aldaia, donde mantuvo una reunión de trabajo con su director, el sacerdote Vicente Aparicio, y el vicario general de la dióceis, Vicente Fontestad.

El objetivo de la visita fue conocer al nuevo equipo de profesionales que ha pasado a formar parte de centro, tras el nuevo impulso que ha recibido la entidad. Y es que la Ciudad de la Esperanza ha formalizado el Concierto Social en materia de Servicios Sociales en el sector de atención a personas en situación o riesgo de exclusión social pertenecientes a colectivos vulnerables, dependiente de la Consellería de Igualdad y Políticas inclusivas.

A partir de ahora quedan concertadas 128 plazas con la Generalitat y prácticamente todas las plazas de la Ciudad de la Esperanza estarán ocupadas. A pesar de ello, el director Vicente Aparicio ha ofrecido las plazas disponibles que quedan en el centro para aquellos refugiados de Ucrania que lleguen a la diócesis de Valencia, huyendo del horror de la guerra con Rusia.

Más profesionales
La Ciudad de la Esperanza ha ampliado, además, el número de los profesionales que trabajan en el centro para atender a todos los residentes.

Así, el equipo interdisciplinar de profesionales de CIDES, que se acerca a los 40 empleados, se ha puesto manos a la obra para desarrollar y llevar a cabo esta nueva etapa, con el mismo espíritu cristiano y apertura que tiene el ideario del centro.

El concierto de plazas redundará en una mejora sustancial de la intervención social y del seguimiento de los casos particulares de los residentes.

La Ciudad de la Esperanza en sus 30 viviendas, cubre las necesidades básicas de alojamiento, manutención, salud e higiene, como punto de partida esencial en el proceso de recuperación de la persona.

También ofrece atención psicológica individual orientada al fomento de la autonomía personal, intervención social, formación laboral para mejorar la empleabilidad y la inserción sociolaboral de los acogidos, así como asesoramiento jurídico.

Con todo, la Ciudad de la Esperanza pretende fomentar hábitos de vida saludable, potenciar capacidades propias de cada persona y desarrollar sus habilidades, tanto cognitivas como sociales y físicas, como son el autoconocimiento, la empatía, la toma de decisiones, el manejo de problemas y conflictos, la gestión de las emociones, la motivación y confianza etc.

La Ciudad de la Esperanza está ubicada en la localidad de Aldaia y cuenta con una superficie de 110.000 m2, con 30 viviendas, comedor, cocina, cafetería, salón de actos para 350 personas, así como aulas, salas de terapia, biblioteca, enfermería, capilla y pistas deportivas, entre otras dependencias.