B.N/VICENTE CARBONELL|30.01.2020

Procesión por las calles de Benigànim cn la imagen de la Beata. (J.A. BOLUDA)

Cuentan las crónicas, que el 21 de enero de1696, fecha en la que falleció la Beata Inés de Beni­gànim, el frío y la lluvia asola­ba la comarca. Ahora, 324 años des­pués, el temporal volvió a hacer de las suyas y forzó el traslado de la fiesta grande al fin de semana del 25 y 26 de ene­ro.


Sin embargo, la devoción por la Beata pudo más que ‘Gloria’ y los fieles acudieron el día 21 a Benigànim porque tal y como explican en el pueblo “es religiosidad, cultura, tradición, son reencuentros, fe, historia… Una historia que padres, abuelos y antepasados han transmitido a través de la devoción, el afecto y la fe a la mujer más importante que ha dado esta población. Una mujer que ha llevado el nombre de Benigànim por los más remotos rincones de nuestra tierra, con una humildad y dignidad que hoy cuatro siglos después, hace sentir a todos los vecinos y vecinas orgullosos, y continúa uniéndolos de manera fraternal en torno a su figura”.


El día de su fiesta litúrgica se celebraron las misas de las 7 y las 8 de la mañana y a las 11.30 la misa solemne presidida por el párroco titular Antonio Martínez López y la presencia de autoridades, festeros y festeras en el interior de la iglesia.


Como novedad, este año, por la tarde a las 18 horas en la misma iglesia se celebraron unas solemnes vísperas, acto de devoción en la Beata Inés, a cargo de las Agustinas y de don Antonio, con la presencia de una de las reliquias más preciadas ‘Lo Redonet’ -una pequeña estampa del Ecce-homo que utilizaba la religiosa para acudir en el coro a rezar y cantar el oficio divino, y que se conserva entronizada en la parroquia San Mi­guel Arcángel de la localidad valenciana-.


El 25 y el 26 de enero, las celebraciones comenzaron con la tradicional ‘despertá’ de la Beata a las 4 de la mañana.


A continuación se celebró la misa de comunión general a las 8 de la mañana para, posteriormente, celebrar la misa de campaña en la plaza de la Beata Inés. Este año presidida por el obispo auxiliar, monseñor Arturo Ros junto con el párroco titular.


En su homilía, monseñor Ros elogió a la Beata e invitó a los vecinos de Benigànim “a llegar hasta ella pero siempre a través de los Evangelios que es de la única forma que tenemos para alcanzar la santidad”.


Al finalizar, se visitó el albergue que se habilita para los peregrinos y después a las 17 horas dio inicio la procesión por las calles que los vecinos, previamente, habían engalanado.


Después de la procesión se procedió a efectuar el sorteo para los festeros del próximo año y el disparo de fuegos artificiales como fin de fiesta.

Obra de José Vergara
Este año, a la fiesta de la Beata se ha unido la cesión temporal a las religiosas Agustinas Descal­zas del cuadro ‘Aparición del Niño Je­sús a la Beata Josefa María de Santa Inés’, obra del pintor valenciano José Vergara (1726-1799).


La obra es un óleo sobre lienzo de la segunda mitad del siglo XVIII que el Ayuntamiento de Valencia ha cedido a las religiosas con motivo de las celebraciones en honor a la Beata Inés.


La imagen, que representa una visión protagonizada por la Beata, permaneció expuesta en el altar mayor de la iglesia del Monasterio de la Purísima, San José y la Beata Inés. Después de la fiesta fue trasladado a la sala de exposiciones temporales de la Casa Recuerdo de la Beata, que en la actualidad acoge una muestra dedicada a la Pasión del Señor bajo el título ‘El pan del alma’ y las piezas que se exhiben están vin­culadas a la Pasión del Se­ñor. Hay pintura, escultura y orfebrería, principalmente.


Desde la congregación aseguran que “hemos invertido grandes esfuerzos y desvelos desde hace meses por conseguir traer de manera temporal el cuadro a esta casa para que todos los devotos de la Beata y amantes del arte puedan contemplarlo junto al sepulcro de la religiosa”.