REDACCIÓN | 5-07-2018
El Arzobispo presidió la ceremonia de consagración ante la imagen de la Virgen de los Desamparados. (FOTO: SAMUEL MARTOS)El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, destacó la necesidad de “avanzar en el camino de la reconciliación, de la unidad y de la integración de todos” y pidió a la Virgen María ayuda para “hacer de nuestra diócesis una Iglesia evangelizada y evangelizadora”, en el acto de consagración de la diócesis al Inmaculado Corazón de María celebrado en la Basílica el pasado miércoles 27.
Tras el regreso de la peregrinación diocesana a Fátima (Portugal) con motivo del primer centenario de las apariciones marianas, el Arzobispo presidió la ceremonia solemne de la consagración ante la imagen de la Virgen de los Desamparados “que nos ha guiado y ha venido con nosotros”, un acto celebrado “para renovar nuestra consagración personal y comunitaria a tu Corazón Inmaculado, Mare de Déu”.
En sus manos
Dirigiéndose a la Virgen, el titular de la Archidiócesis le pidió que ilumine “a todos los fieles cristianos de la diócesis de Valencia y de España, en los caminos de la fe, la esperanza y la caridad, que tu Corazón Inmaculado abra a todos la luz y nos dé protección para recorrer los caminos de la paz, el respeto y la prosperidad”.
Antes de la oración de la consagración, el Arzobispo aseguró que “ponemos el presente y el futuro de nuestra diócesis y de España entera en tus manos, Mare de Déu, Madre de los Desamparados, Madre de Jesucristo y Madre nuestra”.
Con los peregrinos
Los autobuses de la peregrinación a Fátima dejaron a los peregrinos en las Torres de Serranos desde donde el grupo diocesano se dirigió a la Basílica, donde fueron recibidos por el rector, Jaime Sancho, y el vicerrector, Álvaro Almenar.
Tras unas palabras del Cardenal, en las que repasó la experiencia vivida en Fátima, los asistentes se arrodillaron de cara a la imagen de la Virgen de los Desamparados y el cardenal Cañizares, en nombre de toda la Archidiócesis de Valencia, pronunció la oración de consagración.
Al finalizar, todos los asistentes cantaron el Himno de la Coronación y el Cardenal, antes de impartir la bendición a los peregrinos y fieles participantes del acto de consagración, aseguró que la peregrinación a Fátima “ha sido para mí un verdadero don de Dios y la hemos hecho para que nuestra fe tenga cada día mayor vitalidad y dé frutos abundantes de obra evangelizadora”.