L.B. 5-10-2016
La Comisión del Plan Diocesano ha recogido y clasificado las propuestas de las parroquias y movimientos. S.MARTOS
El próximo sábado 15, se celebrará en la catedral de Valencia la Asamblea Diocesana que decidirá el próximo Plan Pastoral. Esta asamblea será el culmen de un largo trabajo en el que han participado parroquias, movimientos y comisiones diocesanas,  y en el que ha realizado una gran labor la Comisión del Plan Diocesano de Pastoral Evangelizadora.
Sacerdotes y laicos convocados por el arzobispo de Valencia, cardenal Cañizares, integran esta comisión que desde el pasado mes de marzo ha clasificado, estudiado, analizado y seleccionado un sinfín de propuestas, hasta llegar a la redacción definitiva del Proyecto Diocesano de Pastoral Evangelizadora.
El trabajo de la comisión
Sobre la base de las indicaciones iniciales de lo que debía ser el plan pastoral, la comisión dividió en cuatro los ámbitos propios de la misión de la Iglesia: comunión, liturgia, anuncio y caridad. En torno a ellos giraron las preguntas que se enviaron a todos los grupos del IDE, a los consejos de pastoral, a los arciprestazgos y a las distintas comisiones de la diócesis para que trabajaran sobre esos puntos y enviaran sugerencias para establecer el objetivo a conseguir en cada uno de estos ámbitos, así como cuáles eran las acciones que se consideraban prioritarias en cada parroquia para lograrlos.
La comisión, dividida en cuatro subcomisiones, recogió, estudió y clasificó las respuestas con las que redactó el borrador del Plan Pastoral. “No hemos añadido nada. Nos hemos limitado a recoger y dar forma al material recibido”, subrayan.
Posteriormente, el borrador del plan pastoral se envió a todas las parroquias y grupos para que lo repasaran y propusieran enmiendas. Enmiendas que han sido estudiadas una a una por la Comisión para, en su caso, ser introducidas en la redacción definitiva del Proyecto que él próximo sábado se aprobará.
“Ha sido difícil hacer compatible el horario de dieciocho personas. Las reuniones las hacíamos después de comer, de 16 a 18 horas normalmente, porque es cuando podemos los que trabajamos y antes de que los sacerdotes se tengan que ir a sus parroquias”, explica Teresa Górriz, miembro de la Comisión. “Y los plazos también han sido muy ajustados. Empezamos en marzo. Primero piensa qué vas a hacer, después, cómo lo vas a hacer, cómo enviarlo a la gente para que participe, recoge las respuestas, léelas, clasifícalas, piensa cómo confeccionar el plan, vuélvelo a enviar, y para agosto tenía que estar en las parroquias para que en septiembre aportaran las enmiendas o correcciones”, añade.
Reflejo de la diversidad
Los miembros de la comisión, destacan especialmente el alto nivel de participación. “Ha sido asombroso”, indica Alejandro Mollá. “Han colaborado parroquias grandes y pequeñas, y es de agradecer el esfuerzo que han hecho” añade. Además, reconoce que “ha sido un ritmo muy intenso de trabajo por parte de la comisión, pero también por parte de todos participantes, que han demostrado ser muy responsables y han cumplido los plazos establecidos”.
Por su parte, a Teresa le ha impresionado “ver cómo la maquinaria que es la diócesis se ha puesto en marcha en tiempo récord”.
En el Proyecto de Plan Diocesano de Pastoral Evangelizadora han quedado reflejados cuáles son los temas que más preocupan en la diócesis. Entre ellos destacan la acogida a los alejados de la Iglesia; la celebración de los sacramentos como momento privilegiado para acercarse a los no practicantes que acuden a un bautizo o a una Comunión; la familia, como evangelizada pero también como evangelizadora y las situaciones de dificultad por la que pasan algunas de ellas; las nuevas pobrezas; los consejos de pastoral…
“Es verdad que muchas veces hemos encontrado acciones y propuestas muy ‘hacia dentro’ de la parroquia, pero también porque es fundamental que la parroquia funcione bien para poder salir”, indica Teresa.
Alejandro Mollá destaca, además, “la diversidad de realidades” de las distintas parroquias y vicarías, que se han visto reflejadas en las propuestas presentadas. “Esta diversidad es una riqueza que hay que tener en cuenta a la hora de establecer un plan pastoral” que, por otra parte, no permite “uniformizar ni establecer un único ritmo”. De ahí que el plan ofrezca ‘pistas’ sobre cómo conseguir sus objetivos “que después cada parroquia deberá adaptar a su realidad. Por ejemplo, hay parroquias con muchos grupos y otras que no disponen prácticamente de nada y, a pesar de todo, están llevando a cabo también una gran labor evangelizadora”, señalan.
Los miembros de la Comisión reconocen que, a pesar del mucho trabajo, han disfrutado. “Me ha enriquecido y me ha parecido precioso ver la diversidad en nuestra diócesis. Ahora tenemos mucho material con el que se podría hacer un estudio sociológico en cuanto a realidades distintas. Con la información recogida se puede ayudar mucho”, indica Teresa Górriz.