EVA ALCAYDE | 27-04-2017
El atleta valenciano David Casinos derrocha energía cuando habla. Es abierto, optimista, apasionado, tremendamente positivo y con un espíritu de superación que deja con la boca abierta. Viéndolo competir, cocinar, ir metro, jugar con su hija o desenvolverse en su día a día, hasta cuesta creer que sea ciego. “Sí, perdí la visión, pero te aseguro que soy feliz”. Así de contundente es David Casinos.
Le hemos visto desfilar en la Ofrenda de flores a la Virgen durante las pasadas fallas, con la comisión de Pintor Segrelles y su inseparable perra Farala. Y también portar el Cristo de los iglesia del Rosario en la Semana Santa Marinera. Nos dice que lo ha hecho “con orgullo y emocionado”, exprimiendo al máximo estas experiencias y compartiéndolas con su mujer, Celia, y su hija Cayetana, que tiene 3 años.
“Tengo fe y eso me hace ver muchas veces donde no llegan los ojos, me da fuerza para llegar donde quiero”.
Y lo que ahora quiere David Casinos es vivir la vida al cien por cien, que nadie le cuente las cosas, sino vivirlas y experimentarlas por sí mismo. “Conozco gente que ve perfectamente y sin embargo está mas ciega que yo, hacen menos cosas que yo y no disfrutan de la vida como yo”, dice barnizando sus palabras con seguridad.
“Todos los días sale el sol”
David perdió la vista con 25 años a causa de una retinopatía diabética. Cuenta que pasó por durísimas operaciones para salvar la poca luz que quedaba en sus ojos, pero su vida tomó otro rumbo. “Perdí la visión… y la cabeza… porque jamás estás preparado emocionalmente para un golpe tan duro. Pero solo me quedaba la decisión de cómo vivir, hundirme o luchar”, explica David que recuerda que estando aún en la habitación del hospital le dijo a su madre la que se convertiría en la frase- motor de su nueva vida: “Todos los días sale el sol y si no sale, ya me encargo yo de sacarlo”.
David eligió luchar. Así que con su propio empeño y el apoyo de su familia, sus amigos y organizaciones como la ONCE, que le enseñaron a moverse por la calle, coger medios de transporte y manejarse con el bastón, David Casinos pudo empezar de cero.
“La ceguera me cerró algunas puertas, pero me abrió otras impensables que me han convertido en una persona aún más feliz que antes”, asegura con una convicción que asombra. Una de esas puertas fue el deporte paralímpico, que le ha dado “un camino que no tenía, una salida, una profesión y una familia”.
“A mi mujer, Celia, la conocí en una pista de atletismo, cuando iba yo con mi bastón blanco, entablamos una amistad que nos llevó a una relación hasta el matrimonio. Con ella he formado una familia. Es el motor de mi vida, la persona que me orienta y le da sentido. Celia y Cayetana son mis mejores medallas”.
El deporte también le ha dado habilidades como aprender a desenvolverse, a esforzarse, a superar las barreras de cada día y valores como la dedicación y la perseverancia. También le ha enseñado a aplicar el pensamiento positivo.
David trata de trasmitir siempre una actitud positiva, en todos los aspectos, en el deporte, en su vida y también con su hija. Cayetana no sabe que su padre es ciego. “Quiero que lo descubra por ella misma, yo la visto, le he cambiado los pañales, le llevo a la guardería y hasta le leo un cuento por la noche, que me invento claro…- dice entre risas-. Yo a mi manera, con mi esfuerzo y mis habilidades soy como cualquier padre”. “Es un legado que le entrego a mi hija. No hay nada que no se pueda superar con esfuerzo”.
Actualmente David Casinos está involucrado en proyectos de coaching empresarial, “en la lucha por superar todo tipo de barreras y mostrar que la discapacidad no es más que un obstáculo o una dificultad, porque con sacrificio, constancia y esfuerzo podemos conseguir lo que queramos”, dice mientras nos cuenta sus próximos retos: su segundo libro que verá la luz en breve, su aventura encima de la bicicleta, o sus charlas motivadoras en empresas y entidades deportivas.
“Antes la ceguera se reía de mí, ahora nos reímos juntos. Para mí es una batalla ganada y presumo de la vida que llevo. Mi vida está llena de optimismo, llena de posibilidades. Lo único que hace falta es creérselo y yo me lo creo todos los días”, dice con rotundidad.

Una estrella del deporte con luz propia David Casinos es considerado el mejor lanzador ciego de peso y disco de la historia. Ha conseguido medalla en todas las competiciones en las que ha participado, es récordman mundial y fue abanderado español en los Juegos Paralímpicos de Pekín 2008. En los últimos Juegos, los de Río de Janeiro, logró el bronce en lanzamiento de disco. Fue su quinta medalla consecutiva, tras los cuatro oros cosechados en las anteriores ediciones de Sydney 2000, Atenas 2004, Pekín 2008 y Londres 2012. En su palmares figuran, además de los 5 metales paralímpicos, 21 medallas entre campeonatos del mundo y de Europa y casi todas de oro -16 de oro y 5 de plata- siempre en lanzamiento de peso y de disco. Su trayectoria deportiva le ha valido la Medalla de Oro de la Real Orden al Mérito Deportivo. Y en 2013, además, recibió de manos de los Reyes de España el Premio Nacional del Deporte. Su próximo objetivo serán los Juegos de Tokio 2020.