<span style=»color: #808080;»>L.B.</span> / <span style=»color: #808080;»>5-06-14</span>
Alumnos del curso de copto en la Facultad de Teología.
“La lengua y escritura copta tienen un interés capital para el cristianismo en general, tanto para el conocimiento de sus orígenes como para el de su evolución en la historia de la propia civilización cristiana”. El profesor Alberto Quevedo imparte el curso de lengua copta que ofrece la Academia Valentina para el Estudio de Lenguas Bíblicas, Clásicas y Orientales, de la Facultad de Teología San Vicente Ferrer.
Durante dos semanas, quince alumnos, entre los que predominaban los investigadores, han seguido este curso intensivo que volverá a ofrecerse después de las vacaciones de verano. El objetivo de estos alumnos es profundizar “a nivel lingüístico, en el último estadio de la lengua egipcia”, señala el Quevedo. “Se aproximan a ella a partir de estudios no solo bíblicos o teológicos, sino también filosóficos, humanísticos y sociológicos”, añade. “Asimismo la lengua copta interesa a otro perfil de lingüistas como los helenistas o los semitistas”, indica Quevedo.
“Hoy en día asistimos a un renovado interés por estudiar los orígenes del cristianismo y, por tanto, y unido a esta corriente, el estudio de las obras legadas por los autores coptos está más vivo que nunca”, destaca el profesor. Y ello porque el conjunto de creencias, principios, pensamientos y valores, así como el dogma, fueron defendidos por estos escritores egipcios de acuerdo a dos pilares: Sagrada Escritura y Tradición. “Las alusiones al Texto Sagrado en estos escritos son constantes, tanto desde un punto de vista puramente referencial como desde un prisma hermenéutico y exegético”, añade.
Como toda lengua, especialmente de la antigüedad y no hablada hoy en día, el aprendizaje del copto exige un cierto esfuerzo y dedicación. “Afortunadamente, contamos con un buen número de herramientas auxiliares para introducirnos en él: gramáticas, diccionarios, léxicos etimológicos y numerosos estudios”, destaca el profesor Quevedo.
Manuscritos
Entre los textos coptos más importantes para los estudiosos destacan los manuscritos de Nag Hammadi. La mayoría de los textos que se encuentran en los trece códices de Nag Hammadi son gnósticos y “arrojan una gran luz para aumentar nuestros conocimientos sobre el mundo de la especulación filosófica, cultural y religiosa de esta época, especialmente a lo referido a los orígenes del cristianismo”.
Entre ellos también hay un grupo de escritos que se aproximan a los evangelios canónicos (especialmente los Sinópticos) entre los que destaca el Evangelio de Tomás, el de Felipe, el de los Egipcios y el de la Verdad.
“Los evangelios apócrifos constituyen una parte importante de la tradición de los hechos del cristianismo y aumentan nuestro conocimiento sobre sus orígenes. Al lado de los textos canónicos, los apócrifos aparecen como leyendas y mitos frente a los que hablan de hechos, aunque a veces transmiten ciertas noticias y dichos de Jesús que pueden acercarse al Jesús histórico”, concluye el profesor Quevedo.