REDACCIÓN | 25-04-2019
Estado en el que se quedó el interior de la Catedral tras el incendio.
El 15 de abril la imagen de la catedral de Notre Dame de París ardiendo dio la vuelta al mundo. Uno de los templos católicos más emblemáticos era pasto de las llamas debido a un accidente relacionado con las obras de restauración que se estaban llevando a cabo. El fuego acabó con la aguja de la cima de la Catedral y los techos de templo. Sin embargo, gracias a la rápida intervención de los bomberos, la estructura del edificio no se vio afectada.
Tras el incendio, cuyas imágenes se propagaron rápidamente por las redes sociales, fueron muchos los líderes e instituciones que mostraron su cercanía con la ciudad de París. El papa Francisco tras la audiencia de los miércoles también mostró su “afecto y cercanía” a la comunidad diocesana de París. “Estoy muy entristecido y me siento muy cerca de todos ustedes”, señaló.
Además, el Pontífice manifestó “la gratitud de toda la Iglesia a las personas que han trabajado duro, incluso arriesgándose, para salvar la Basílica”. “Que la Santísima Virgen María los bendiga y apoye en la obra de reconstrucción: ¡Que sea una obra coral, para la alabanza y la gloria de Dios!”, alentó el papa Francisco esperó que se realice la obra de reconstrucción para que vuelva a ser esa “hermosa joya en el corazón de la ciudad, un signo de la fe de quienes la construyeron, iglesia madre de su diócesis, un patrimonio arquitectónico y espiritual de París, Francia y la humanidad”.
Salvadas las reliquias
Lo que sí se pudo salvar de las llamas fueron las reliquias y el Santísimo Sacramento. La persona que lo salvó fue el padre Jean-Marc Fournier, capellán de los bomberos de París. Tal y como relató cuando le llamaron, no dudó en que lo primero que tenía que salvar era la corona de espinas que, según la tradición, fue la que se colocó a Cristo en la pasión. También se salvo la túnica del rey Luis IX.
El capellán también ha narrado cómo fue su entrada en el templo: “Cuando el fuego llegó a la torre norte, yo salía con el Santísimo Sacramento. No quise solamente salir con Jesús sino que aproveché para hacer una bendición con Él. Yo estaba completamente solo, en medio del fuego y le pedí a Jesús que la preservara”.
En el dispositivo para acabar con el incendio participaron 300 bomberos, uno de los cuales resultó herido. Las autoridades políticas reconocieron que su rápido trabajo fue decisivo, puesto que si hubieran tardado quince minutos más, la Catedral estaría perdida.
Otra de las imágenes que dejó este acontecimiento fue la del gran número de parisinos que se echaron a las calles para rezar para que el templo se mantuviera en pie. Además, empresarios franceses ya han hecho donaciones millonarias para su reconstrucción.

Card. Cañizares: “Símbolo de las raíces cristianas”

El arzobispo de Valencia, el cardenal Antonio Cañizares, se refirió durante la misa crismal al incendio de Notre Dame, “símbolo de las raíces cristianas de Europa a las que tenemos la necesidad de volver, que de hecho vemos reflejadas en la imagen de numerosos franceses, tanto mayores como jóvenes, que humildemente estuvieron rezando largas horas ante Notre Dame”.
Por otro lado, según explicó Jaime Sancho, canónigo conservador de Patrimonio Artístico de la catedral de Valencia, “es imposible que se produzca un incendio como el de Notre Dame en la catedral de Valencia, ya que aquí no hay techumbre de madera y sobre las bóvedas está la terraza, como en Sevilla y otras catedrales españolas, y no tejados altos que dan tanta belleza a las catedrales góticas”.
Ya en el siglo XVII “el arzobispo de Valencia Isidoro Aliaga (1565-1648) elaboró unas ordenanzas para evitar, precisamente, los incendios, prohibiendo que en los templos los tejados estuvieran apoyados en vigas de madera y estableciendo que el apoyo fuera en tabiques conejeros o bardos”, ha añadido Sancho.
En cambio, en la Catedral de Notre Dame, “al igual que en las catedrales francesas, en el techo está el denominado ‘bosque de madera’ dentro de una caja de plomo, y esa madera debía proceder de la reconstrucción realizada en 1870 en el templo francés por el arquitecto Eugène Emmanuel Viollet-le-Duc”, ha precisado.
Por último, Sancho ha destacado que “en el incendio que sufrió la Catedral de Valencia en la Guerra Civil quemaron lo único que podían quemar, que era la Capilla de San Pedro, donde estaba el único retablo de madera lateral, puesto que los demás son de mármol, las sacristías con ornamentos de madera y el traste canonical, donde ahora está el Museo, con archivadores, libros y ropa, pero no ardió la estructura como tal porque no es combustible”.