Más de mil congresistas participaron en el congreso llegados desde parroquias, movimientos o asociaciones, entre otros. FOTO: M.J. FERNÁNDEZ

❐ REDACCIÓN | 01.12.21
El domingo por la tarde, llegó el momento de decir adiós, con emoción y alegría también, a dos días de intenso trabajo en comunión. El congreso fue “no-clausurado” por el cardenal Antonio Cañizares, (así lo dijo con humor) porque alentó de esta manera a los participantes a “seguir llevándolo adelante” y tambien a “seguir abriendo nuestro corazón a Dios ya que esto es obra suya”.

El Arzobispo invitó también a que “mostremos ese corazón a todos los demás amando y siendo santos que es la gran revolución que de este congreso debe salir”. Hay qye caminar juntos en santidad ofreciendo a todos la gran riqueza que tenemos: Jesucristo”.

Además, insistió en que nada de miedos: “No seáis pusilánimes, estad despiertos, nada de adormilados, hay que estar vigilantes, que se note que somos cristianos por la gracia de Dios, a buena honra, nada de complejos”, añadió.

Igualmente, animó a “seguir caminando juntos con las bienaventuranzas delante, como el verdadero escudo y sentido de nuestra vida que es la plena confianza a Dios y sin ningún miedo, con la cabeza bien alta”.

“Os pido que seáis santos y que lo deis todo, así que ¡avant. amunt y adelante!”, exclamó finalmente.

Por su parte, el obispo auxiliar de Valencia monseñor Arturo Ros, vicario para el Laicado y la acción Caritativa y social, agradeció uno a uno a todos los integrantes de la organización su esfuerzo y dedicación y exhortó a los congresistas a “anunciad y llevad la salvación de Dios en este mundo nuestro que a menudo se pierde, necesitado de tener respuestas que alienten, que den esperanza y nuevo vigor en el camino”.

“La Iglesia tiene que ser el lugar de la misericordia gratuita donde todo el mundo pueda sentirse amado, perdonado y alentado a vivir según la vida buena del Evangelio”, añadió.

Amparo Estellés, delegada diocesana de Laicos, expresó que “estamos convencidos que Dios tiene un plan para nosotros los laicos y que el Espíritu Santo ilumina el deseo de llevar a cabo nuestro plan”.

Por otro lado, Inmaculada Ros y Guillermo Prado, coordinadores del congreso recordaron que “aquí no se acaba todo, más bien todo lo contrario”. Además, agradecieron emocionados a todos los participantes su asistencia.

En la clausura estuvo también en la mesa presidencial el director de la Comisión Episcopal para los Laicos, Familia y Vida de la CEE, Luis Romero Sánchez.