Vicente Fontestad, Olbier Hernández, Aurora Aranda, Ignacio Grande y Arturo Ros (de izq. a dra.).

❐ REDACCIÓN | 10.03.2022
La Iglesia en Valencia se pone en marcha a favor de Ucrania para canalizar ayudas con el fin de dar una respuesta a las familias, desplazados y víctimas de la guerra.

El Arzobispado de Valencia y Cáritas Diocesana de Valencia se reunieron este martes, 8 de marzo, para sumar esfuerzos y canalizar las ayudas de la Iglesia para ayudar a Ucrania. En el encuentro, celebrado en el Palacio Arzobispal, participaron el obispo auxiliar de Valencia, monseñor Arturo Ros, responsable de la Vicaría de Acción Social y Caritativa; el vicario general, Vicente Fontestad; el director y la secretaria general de Cáritas Diocesana de Valencia, Ignacio Grande y Aurora Aranda; y el delegado episcopal de Migraciones del Arzobispado, Olbier Hernández, constituyendo una comisión diocesana para organizar la respuesta de solidaridad que está surgiendo en las parroquias y fieles de la diócesis.

Esta comisión diocesana nace con el “peso específico de Cáritas Diocesana, que ya está trabajando desde hace muchos días en buscar respuestas efectivas para esta necesidad urgente”, afirmó Ros.

“Lo que pretendemos es poner cierto orden y que las respuestas que podamos dar ante la necesidad de Ucrania sean claras, efectivas e inmediatas al mismo tiempo”.

“Hemos analizado situaciones y vamos a hacer una comunicación inmediata a las parroquias para preguntar y tener datos muy concretos. Vamos a tener el contacto directo con la institución pública autonómica y a ponernos a disposición con mucha claridad”, porque “esto no es una aventura de un ratito sino que hablamos de procesos serios y que tengan recorrido, dado que hay que acompañarles después para que puedan comer, vivir y tengan atención sanitaria. En ese camino estamos”, añadió el obispo auxiliar.

Colectas extraordinarias
Monseñor Arturo Ros señaló también que “nuestro trabajo es en red y la red en nuestro lenguaje particular se llama ‘comunión’, universal y diocesana, y hacemos el camino junto a Cáritas Española y Cáritas Internacional”. Así, Cáritas Ucrania ya ha recibido una inyección económica a través de Cáritas España. Igualmente, destacó el trabajo de Cáritas Valencia “desde hace muchos días” y “vamos a disponer de las viviendas que tenemos ya previstas para poder acoger familias”.

“La organización y la gestión la asume Cáritas Diocesana con la presencia y coordinación del Arzobispado para ir generando información e ir haciendo luego propuestas escalonadas pero sobre todo lo que buscamos es orden y seguridad”.

El obispo auxiliar insistió en el objetivo de que las familias ucranianas “se sientan acogidas y tengan todas las prestaciones que necesiten, sabiendo también que la institución pública tiene disposición a colaborar, acompañar y sufragar ciertos gastos que nosotros no tenemos capacidad”.

Igualmente, anunció la convocatoria, por parte del arzobispo de Valencia, el cardenal Antonio Cañizares, de una colecta extraordinaria el fin de semana del 19 y 20 de marzo para Ucrania.

Experiencia
El director de Cáritas Diocesana, Ignacio Grande, señaló que desde la comisión “vamos a hacer lo que estamos llamados a hacer, de manera organizada y ordenada”. Así, desde la comunión eclesial, vamos a “acompañar y ser sensibles ante el momento tan duro que está viviendo el pueblo ucraniano y a ponernos a disposición de las necesidades de tantas y tantas personas que están sufriendo las consecuencias de esta guerra”.

Grande recordó que la Iglesia valenciana tiene experiencia en acogida, y puso como ejemplo la primera crisis de refugiados sirios y la acogida del barco Aquarius. Además, añadió que desde Cáritas Diocesana se va a consultar con “las Cáritas de las comunidades parroquiales qué disponibilidad tienen de recursos, para poder ordenar y organizar el ejercicio de la caridad, que en nuestra diócesis está siendo ejemplar”.

Acompañamiento
Por su parte, Olbier Hernández, delegado episcopal de Migraciones del Arzobispado, señaló que “estos dramas humanos nos dan la posibilidad de sacar lo mejor de las comunidades cristianas, de las parroquias, de las congregaciones religiosas…”.
Asimismo, recordó que la comunidad cristiana “siempre está al tanto de las necesidades y de los sufrimientos de los hombres, pero sobre todo en este tiempo donde es escandaloso que ocurra una guerra y un conflicto como al que estamos asistiendo”. Por tanto, desde la delegación, en comunión con Cáritas y con las demás instituciones, “vamos a dar una respuesta de acogida y acompañamiento a estas familias y personas que lleguen hasta nosotros”.

Hernández también indicó que “el trabajo no se agota en la acogida y el acompañamiento. Tenemos que realizar un esfuerzo y prepararlas para que sean verdaderamente una sociedad y una Iglesia que acompañen”.

Y, por último, el delegado episcopal de Migraciones del Arzobispado destacó que “es necesario explicar y conocer qué falla en los procesos de integración, dónde está amenazada la dignidad de esas personas y por qué, para poder contribuir entre todos a su estabilidad”.