El Papa y el Papa emérito volvieron a dejarse ver juntos el pasado día 5, con ocasión de la bendición por parte de Francisco de una estatua del san Miguel Arcángel en los jardines vaticanos. Ese día, el Santo Padre consagró el Estado de la Ciudad del Vaticano al propio arcángel y a san José, patrono de la Iglesia Universal.
En su primera encíclica, hecha pública el pasado día 5, el papa Francisco pone de manifiesto que “para muchos contemporáneos la fe ha acabado por ser asociada a la oscuridad”. Sin embargo, “quien cree ve; ve con una luz que ilumina todo el trayecto del camino porque llega a nosotros desde Cristo resucitado”. El Santo Padre insiste en que, “cuando falta la luz, todo se vuelve confuso, es imposible distinguir el bien del mal, la senda que lleva a la meta de aquella otra que nos hace dar vueltas y vueltas sin una dirección fija”. Por ello, “deseo hablar precisamente de esta luz de la fe para que crezca e ilumine un tiempo en el que el hombre tiene especialmente necesidad de ella”.
Al comienzo del texto -que PARAULA ofrece íntegro-, el papa Francisco se refiere a Benedicto XVI, a quien agradece el trabajo que realizó para publicar una encíclica sobre la fe, una tarea que finalmente no pudo culminar: “Él ya había completado prácticamente una primera redacción de esta Carta encíclica sobre la fe. Se lo agradezco de corazón y, en la fraternidad de Cristo, asumo su precioso trabajo, añadiendo al texto algunas aportaciones”.
Puede leer la encíclica on line
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