B.NAVA | 20-11-2015
Vicente Morro en la sede de la FCAPA. (Foto: A.Sáiz)
El pasado 3 de octubre, la FCAPA (Federación Católica de Asociaciones de Padres de Alumnos de Valencia) renovaba, en Asamblea General Extraordinaria, su Junta Directiva. De esta manera, Vicente Mo­rro era elegido presidente de la fe­deración sucediendo en el car­go a José Oltra.
– ¿Cómo afronta este nuevo cargo al frente de la FCAPA?
– Con ilusión, responsabilidad, y cierto temor. Ilusión, porque es un privilegio estar en primera línea del combate por la libertad de educación y los derechos de las familias en tiempos que serán complicados pero apasionantes. Responsabilidad, porque nadie me obliga a estar aquí, sino que lo hago porque creo en el trabajo de FCAPA de estos ocho años, bajo la presidencia de mis predecesores Nicolás Sánchez y José Oltra que han realizado un fantástico trabajo, a pesar de todas las dificultades. Nuestros hijos se merecen que dediquemos a la tarea de conseguir una educación de calidad y en libertad todos los esfuerzos necesarios. Temor, pues soy consciente de mis muchas carencias y limitaciones. De todas formas, estoy seguro de que no me faltará en esta misión la ayuda de Dios que suplirá mis deficiencias.
– La escuela católica está siendo, últimamente, fuente de multitud de noticias dado el cambio político que estamos viviendo, ¿a qué nuevos retos y problemáticas se enfrenta?
– En el fondo, a los de siempre: politización, prejuicios, laicismo, tópicos. Se pretende introducir la ideología y la política en los colegios.
Se sigue atacando, injustamente, la presencia de la asignatura de Religión en las aulas. ¡Pero si nunca se han cumplido en realidad y plenamente los acuerdos entre el Estado Español y la Santa Sede en esta materia! Son acuerdos plenamente constitucionales, pero algunos mienten. La mejor formación cívica y ética proviene de la religión que, además, enseña valores, pues de ella derivan la mayoría de los de nuestra sociedad. Pero la religión los supera y amplía: fraternidad es más que solidaridad; amor, incluso al enemigo, es mucho más que tolerancia; verdad es mucho más que consenso; ¡no matarás!, ¡no mentirás!, ¡no robarás!, van mucho más allá que el simple miedo al castigo de una ley.
Algunos consideran elitista la educación católica, pero la Iglesia lleva siglos educando a las personas sin recursos. Ahorra di­nero al estado, pues cuesta me­nos que la pública, que además sufragamos todos con nuestros impuestos. Tópicos, pre­juicios, eslóganes.

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