Los matrimonios participantes en la red de familias misioneras, junto a don Carlos.


La diócesis de Valencia, a través de la comisión diocesana de Familia y Defensa de la Vida, ha puesto en marcha un nuevo proyecto de nueva evagelización a través de una Red de Familias Misioneras (red FFMM).
Con un equipo formado por, de momento, quince matrimonios que han asumido públicamente el compromiso de vivir co­mo ‘Familia Misionera’, esta red de familias misioneras serán las encargadas de servir de guía a otras familias que quieran unirse a la misión así como de impartir el curso parroquial de familias misioneras.
Para ayudar a las familias cristianas a redescubrir su misión como sujeto evangelizador, en respuesta a la invitación que hizo el pasado 27 de diciembre el arzobispo de Valencia en la Catedral, y a organizarse en torno a sus parroquias, desde la propia comisión han preparado un ciclo catequético-pastoral que se ofrece en diferentes formatos de acuerdo con la realidad pastoral de la parroquia que así lo solicite.
La red FFMM, coordinada por la comisión diocesana de Familia serán los encargados de desarrollar los distintos temas incluidos en el temario entre los que destacan la preparación y la celebración del matrimonio, la atención pastoral a familias en situaciones difíciles e irregulares o la constitución del eequipo dinaminazor de la Pastoral Familiar en la parroquia, entre otros.
Las sesiones de formación y diálogo se imparten con la frecuencia y horarios acordados con cada parroquia, terminando con un encuentro de espiritualidad, que se propone realizar en sábado, en la que se celebra la Li­turgia y se comparte en co­mún una jornada de retiro y fraternidad.
“No se trata de ningún movimiento, sino de ofrecer una estructura de comunicación, apo­­­­yo y formación a la vocación de la familia cristiana”, explica el presidente de la comisión diocesana de Familia y Vida, Juan An­drés Talens. “De lo que se trata -señala- es de generar sinergias entre las parroquias co­mo hogar de las familias cris­t­ianas y de las propias familias como Iglesia doméstica”.
La pastoral familiar es una dimensión esencial de la nueva evangelización y por tanto conviene “darle el lugar y la importancia que merece la familia cris­tiana, de forma clara y consciente, en nuestras parroquias. Es una llamada a renovar la vida de los matrimonios y las familias cristianas, reafirmando sus vocaciones eclesial y social”, afirma. “Es – apunta- familiarizar la parroquia” porque, no hay que olvidar que “la evangelización de las familias se hace desde la familia”.
Uno de los principales objetivos de esta redFFMM es impulsar en las parroquias la formación de ambientes creados con grupos de ma­trimonios, donde se facilite el diálogo, se comuniquen las experiencias y se trabaje la formación humana y espiritual de los matrimonios, con la finalidad de procurar a los matrimonios jóvenes un acompañamiento que les ayude en la vida en común, en la paternidad responsable, en la atención y educación de los hi­jos y en la superación de las difi­cultades que conlleva la vida ma­trimonial.
Para ello, la comunidad parroquial debe acompañar a las familias, niños, jóvenes, novios, matrimonios, paso a paso, en las distintas etapas de su desarrollo y formación y tendrá para ellos “palabras de verdad, bondad, comprensión y esperanza, y participará en sus dificultades, ofreciendo su ayuda desinteresada”, para que se acerquen al modelo de familia querido por Dios Creador “desde el principio”.
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