El 22 de enero de 304 Valencia fue testigo de uno de los acontecimiento más importantes de su historia: el martirio del diácono Vicente. 1.700 años después la memoria sigue viva en torno al patrón de la diócesis de Valencia. Numerosos lugares lo recuerdan. Uno de ellos es el conjunto de San Vicente de la Roqueta, lugar donde se enterró su cuerpo y que desde entonces fue continuo centro de peregrinaciones e incluso lugar de culto cristiano durante la dominación musulmana.
CARLOS ALBIACH | 17-01-2019
Actualmente el templo de La Roqueta es la parroquia Cristo Rey. (FOTO: A.S.)
Si hay un lugar en la ciudad de Valencia que recuerda a san Vicente mártir es el monasterio de San Vicente de la Roqueta, sede de la actual parroquia Cristo Rey, y donde fue enterrado el cuerpo del patrón de la diócesis de Valencia.
Este lugar, situado hoy en la calle San Vicente mártir y a escasos metros de la plaza España, se situaba antiguamente junto a la Via Augusta. Con el fin de las persecuciones a los cristianos que supuso la paz del emperador Constantino en el año 313 los cristianos de Valencia enterraron el cuerpo de san Vicente mártir en este emplazamiento. En el lugar del enterramiento se levantó una basílica “que pronto se convirtió en lugar de peregrinación en todo el Imperio Romano. así como los enterramientos de los cristianos”, según destaca José Verdeguer, presidente de la Asociación de Amigos de San Vicente de La Roqueta. Junto a la basílica también se levantó un convento con varios monjes, algunos de ellos muy célebres. La tradición que dice que aquí se levantó una basílica, según el historiador Francisco José Soriano, se vio refrendada por el hallazgo de un enterramiento en sarcófago de plomo datable en el siglo IV.
La Roqueta, como explica Verdeguer, “es el sitio de Valencia que ha conservado su finalidad desde su construcción”. Además, añade, es uno de los pocos lugares “donde se mantuvo el culto de forma ininterrumpida durante la dominación musulmana”.
Sin embargo, tras la conquista de Valencia en 1238 por Jaime I el lugar alcanzó una mayor importancia, puesto que el rey siempre pensó que san Vicente le había ayudado en la conquista. Como recuerda Soriano, en lugar de la basílica sepulcral se impulsó la construcción de un conjunto compuesto por iglesia, ermita, monasterio y hospital, a los que apoyó económicamente. Del edificio de esta época se conservan algunos elementos como las portadas románicas, gran parte de los muros norte y oeste y algunos arcos.
Desde mediados del siglo XVII los viejos edificios medievales, como detalla Soriano, “fueron desapareciendo paulatinamente para dar lugar a un nuevo convento”. En esta época quedaría en su forma definitiva, es decir, un claustro acoplado al muro norte del templo, que consta de una nave única con cuatro tramos de bóveda tabicada de medio punto y capillas entre los contrafuertes.
Un momento importante para la historia de La Roqueta fue la exclaustración de 1835 que puso punto final a cinco siglos de existencia del priorato cisterciense. No volvería la vida religiosa a su interior hasta 1879, cuando las agustinas del convento de San José y santa Tecla buscan una nueva ubicación tras la expropiación del situado en la calle del Mar. Allí permanecieron hasta 1973, dado que estaba en una situación muy precaria.
Actualmente el edificio del convento es propiedad del Ayuntamiento de Valencia, quien lo está rehabilitando, y que va a realizar excavaciones arqueológicas.

Lea el reportaje íntegro en la edición impresa de PARAULA con más información sobre la festividad de San Vicente. Y además… – Su martirio: así era leído en la Iglesia primitiva, con los fieles en pie. – ‘Sant Vicent Màrtir en la tradició anglicana’. Por August Monzón. – Editan el sermón de san Vicente Ferrer en la fiesta de san Vicente Mártir de 1412. – Sobre su casa natal en Huesca, una parroquia dedicada a san Vicente.