L.B. | 21-01-2016
Feligreses de la Vicaría II acudieron a la Catedral para lucrar el jubileo. J.PEIRÓ
Cientos de personas pertenecientes a las 57 parroquias que conforman la Vicaría II de la archidiócesis de Valencia participaron en lo que fue la primera peregrinación diocesana a la Catedral organizada con motivo del Año del Cáliz de la Misericordia, el pasado sábado 16.
La peregrinación conjunta de la Vicaría comenzó en la céntrica iglesia de San Esteban. Allí se encontraron jóvenes, mayores y niños que acudieron en metro, autobús de línea o vehículos particulares, aunque la gran mayoría lo hizo a pie y en grupo desde sus respectivas parroquias.
Tras una breve oración, que muchos tuvieron que seguir desde la calle porque la iglesia estaba completamente llena y era imposible entrar, se recorrió en peregrinación y cantando el trayecto entre el templo donde fue bautizado san Vicente Ferrer, hasta la Puerta de los Hierros o Puerta Santa de la Catedral.
Allí les esperaba el arzobispo de Valencia, cardenal Antonio Cañizares, que les recibió y saludó personalmente a todos los peregrinos que se le acercaban.
Podría decirse que también la Catedral se quedó pequeña para acoger a todos los peregrinos, pues se ocuparon las mil sillas plegables que se habían añadido a los bancos y aún muchos de los fieles no pudieron sentarse.
En su homilía, el cardenal aseguró que la “misericordia de Dios es lo único que nos puede renovar”. Asimismo destacó que signo de esta misericordia es la Eucaristía, donde se nos da Cristo mismo para que nosotros tengamos vida y nos podemos amar unos a otros”. “Jesús vino por los pecadores, por los que tienen necesidad de salvación. Nosotros somos los pecadores y nos sienta a su propia mesa para unirse a nosotros”, añadió don Antonio.
Igualmente, animó a “acercarnos al Señor con toda confianza para implorar su misericordia, porque siempre está dispuesto al perdón”. Esto “nos hará hombre nuevos, misericordiosos con el resto, lo que permitirá que surja paz, esperanza y luz en esta sociedad tan necesitada”, concluyó.
La eucaristía fue concelebrada por casi medio centenar de sacerdotes y la colecta se destinó “a obras de misericordia que se están llevando a cabo en la diócesis, en este caso una casa para acoger a refugiados cristianos y una residencia para niños discapacitados”.
Tras la comunión, todos los participantes rezaron juntos la oración para el Año de la Misericordia que, previamente, se les había entregado en una estampa.
El Cardenal, que al terminar la celebración manifestó su alegría y agradecimiento a los peregrinos “por vuestra presencia y respuesta a esta llamada de Dios”, en una Catedral “rebosante de gente”, animó a todos a “ser testigos y presencia activa de la esperanza y de la misericordia de lo que aquí guardamos, el Cáliz de la Misericordia”. Así, “Valencia y España se verán también renovadas por la misericordia de Dios, que es lo único que nos puede renovar” para “hacer una sociedad verdaderamente nueva”, añadió.
Igualmente, animó a “rezar por la unidad de los cristianos, pues esta unidad apremia para que el mundo crea”.
Las siguientes peregrinaciones de enero serán el día 23, la de la Vicaría I, zona Sur de Valencia, y el día 30, la Vicaría III, o área metropolitana.

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