L.A. | 10.01.2020

A partir de esta semana, PARAULA inicia una serie de reportajes con informaciones y entrevistas para mostrar la realidad y última hora de los trabajos del Sínodo Diocesano de Valencia. Así, el próximo día 16 de enero se reunirá la comisión central del Sínodo para coordinar tareas y tiempos. En las últimas semanas se suceden las reuniones de las siete comisiones técnicas creadas para elaborar los instrumentos de trabajo específicos de la Asamblea Sinodal: ‘Nueva evangelización e iniciación cristiana’; ‘Familia y juventud’; ‘Parroquia evangelizadora’; ‘Laicado y mujer’; ‘Sacerdotes y vida consagrada’; ‘Evangelizar la cultura: pastoral educativa y escolar, Universidad e instituciones culturales, UCV y UCH-CEU’; y ‘Vida y testimonio de caridad y nuevas pobrezas’.
“Pedimos a todos -dice el obispo auxiliar Mons. Arturo Ros- que recen por el Sínodo”. Recordamos que todos pueden hacer sus propuestas a través del correo electrónico: sinodo@archivalencia.es

El matrimonio formado por Carlos y Chelo.

Carlos Marroquín y Chelo Sanz, delegados diocesanos de Familia. Comisión técnica de Familia, Infancia y Juventud.

“Hacemos reuniones muy participativas para identificar hacia dónde vamos, interpretar y ayudar a decidir”

Carlos Marroquín y Chelo Sanz, matrimonio, 32 años casados, dos hijos de 30 y 28 años y esperan “muy ilusionados” el primer nieto para febrero si Dios quiere. Son desde hace dos años delegados de la Pastoral Familiar en la diócesis de Valencia. Forman parte de una de las siete comisiones técnicas que preparan ahora la Asamblea Sinodal, la de Familia, Infancia y Juventud. En ella trabajan 15 personas, la mitad de ellas jóvenes, la otra mitad, tres matrimonios, y un representante de separados, así como dos sacerdotes.

¿Cómo son las reuniones, qué sensación tenéis, en qué momento de trabajo os encontráis?
Nuestras reuniones son muy participativas, nos sirven para reflexionar no sólo a nivel personal sino con las consultas. Ser evangelizados y evangelizadores nos está calando mucho es como una conversión personal y una profundización en lo que está siendo el Sínodo como oportunidad para todos, para la participación y la reflexión. ¡Y es verdad, estamos de alegría, de fiesta, de gracia, porque nos damos cuenta de que tenemos una oportunidad muy grande! Estamos poniendo sobre la mesa todo el trabajo realizado estos años atrás, los objetivos, a dónde queremos llegar y la reflexión de cómo tenemos que realizarlo. Somos un equipo y de alguna manera representa la fuerza del laicado en la Iglesia. Es que de cada reunión salimos muy llenos, con mucha ilusión y esperanza en lo que estamos trabajando. Estamos ahora en una fase intermedia, estamos recibiendo la participación de los demás en muchas consultas.

¿ Asunto concretos que estáis tratando o sobre los que pedís opinión?

Se está revisando lo hecho hasta ahora y el futuro de la pastoral, la participación de los matrimonios en la vida parroquial, cómo involucrarlos más, también cómo pensar en diócesis en general y no en la parroquia como feudo, estamos viendo la posibilidad de plantear una mesa de coordinación pastoral para facilitar esa pastoral familiar de conjunto, la propuesta de presentar un informe anual de familia, de infancia y de juventud, crear un centro de orientación familiar diocesano a nivel macro donde haya escucha y mediación, revitalizar consejos parroquiales para que haya más participación del laicado, acompañamiento en la preparación al matrimonio, acompañamiento en la conyugalidad, a parejas jóvenes, a los padres. Acompañamiento a personas separadas o divorciadas, duelo migratorio, personas con heridas afectivas, acompañamiento a migrantes, ancianos y viudos… . Sabemos que los objetivos son muy amplios que se irán concretando en objetivos específicos.

¿Cuál está siendo la respuesta a esas consultas que pedís, el grado de implicación?

Estamos muy satisfechos. Las sucesivas reuniones nos están sirviendo a nivel personal para identificar lo que queremos, hacia dónde vamos, reflexionar, interpretar y ayudar a decidir. Es esencial partir siempre de que ponemos todo en oración y en las manos del Señor. Y después en cada tema se establece luego un diálogo profundo entre los miembros de la comisión. Y es muy buena la participación que estamos encontrando en las consultas, desde las familias hasta los propios arciprestes. Queremos desde aquí agradecer a los matrimonios que son agentes de Pastoral Familiar por su trabajo, implicación y respuesta haciéndose presentes en la comisión técnica.

Ignacio Grande. Director de Cáritas Diocesana de Valencia. Comisión ‘Vida y testimonio de caridad’.

“Analizamos cómo responder a las nuevas pobrezas”

Ignacio Grande, actual director de Cáritas Diocesana de Valencia.

Nacho Grande, director de Cáritas Diocesana, 36 años y recién casado. Es director del colegio diocesano de Nazaret y forma parte de la comisión técnica de ‘Vida y Testimonio de Caridad’.

¿Quienes integran esta comisión técnica?

Se ha intentado que haya representantes de realidades eclesiales que trabajan en el ámbito de la atención caritativa y social, Villa Teresita, Servicio Jesuita a Inmigrantes, Cáritas, Manos Unidas, Proyecto Hombre, el mundo universitario, Juniors M.D. (representados por su responsable de Acción Social) y representantes de pa­rroquias que trabajan especialmente en este campo.

¿Algunos asuntos en que estéis incidiendo especialmente?

Ahora mismo estamos analizando las nuevas pobrezas y la situación social de nuestra diócesis porque la respuesta que tengamos que dar tendrá que ir íntimamente ligada a las situaciones sociales en estos momentos, las personas de mayor vulnerabilidad. Por ello, hemos elaborado un pequeño cuestionario que se ha pasado a determinadas parroquias que trabajan mucho en este campo, a las Cáritas y a la CONFER para que nos ayuden.

¿Cómo vivís este encargo?

Lo vivimos todos como una responsabilidad, una oportunidad y un orgullo. Somos conscientes de la importancia que tiene un Sínodo en la Iglesia y la repercusión que tiene nuestro trabajo. Sentimos orgullo por poder participar de manera activa en algo como tan importante como un Sínodo. Y es una oportunidad para revisar todo el trabajo que se está haciendo y plantear nuevos retos y líneas de acción. Lo estamos viviendo también como una misión e intentamos que estas reuniones sean lo más productiva y eficaces posibles.

¿Qué espíritu detectas en las reuniones?

Desde el primer momento en que se propuso a las personas integrantes de la comisión o a las escogidas para las consultas, lo están viviendo con mucho interés, entienden perfectamente la im­­portancia que tiene el Sínodo Diocesano y la responsabilidad para proyectar cómo queremos que sea la Iglesia valenciana en el futuro.