Inmigrantes atendidos por diferentes entidades sociales de Valencia reciben la vacuna de la covid-19. (Foto: Alberto Saiz)

CARLOS ALBIACH | 22.07.2021
Desde hace unos meses recibir en el teléfono móvil el mensaje de la conselleria de Sanidad con el que te citaban para la vacunación de la covid-19 es para muchos un rayo de esperanza en medio de la pandemia. Desde que comenzó el proceso de vacunación las entidades sociales que atienden a personas en riesgo de exclusión, muchas de ellas viven en la calle o en albergues o pisos gestionados por estas entidades, mostraron su preocupación de si les llegaría su turno, ya que algunas de ellas no tenían ni la tarjeta SIP.


En los últimos días el Ayuntamiento de Valencia en colaboración con la conselleria de Sanidad ha facilitado que la vacuna llegue a estas personas. Uno de los lugares donde se realizó esta vacunación fue el el Centro de Atención a Inmigrantes (CAI) del Ayuntamiento, donde el pasado jueves 15 de julio acudieron personas de diferentes entidades como los más de 60 alojados en la Ciudad de la Esperanza (CIDES) o los inmigrantes que Cáritas Diocesana de Valencia atiende en diferentes viviendas.


En pequeños grupos y acompañados por los responsables de estas entidades iban llegando al centro con la tarjeta SIP en la mano. En el caso de las que no tenían este número, recibían uno provisional allí. En el momento de recibir la vacuna por parte se los sanitarios del Hospital General muchos mostraban su agradecimiento por recibirla. Lo veían como todo un signo de que la sociedad no se ha olvidado de ellos y tiene en cuenta su especial situación. A ellos se les inoculó la vacuna de Janssen, de la cual solo es necesario una sola dosis.


Hasta este provisional centro de vacunación situado en pleno barrio del Carmen llegaron personas con historias duras tras haber abandonado su país. Es el caso de de Wauda, natural de Gambia y de 19 años, que apenas hace año y medio llegó a España en patera. Aquí recibió primero la ayuda de Cruz Roja y ya en Valencia fue atendido por Cáritas: “Fue muy difícil llegar hasta aquí y Cáritas me ayuda mucho con clases de español, formación laboral y todo tipo de ayuda”. De hecho, ahora trabaja los fines de semana como ayudante de cocina. Como él mismo dice, “está contento” de recibir la vacuna, ya que en este tiempo por la pandemia “han visto que tenían menos oportunidades”.


Otra de las personas que recibió la vacuna fue Kathali, de India, que hace quince años llegó a España y regentaba una tienda de alimentación. Sin embargo, hace menos de un año por una enfermedad tuvo que cerrarla y se quedó sin nada. Ahora esta acogido en la Ciudad de la Esperanza, a la que está muy agradecido, el mismo agradecimiento que muestra por recibir la vacuna. Otro de los acogido en CIDES es Omar, de Tánger, que destaca que la vacuna “es mejor para todos los extranjeros porque la mayoría no tienen el SIP hasta que se empadronan y así les protege del covid y les facilita poder viajar o trabajar”.
Esa misma tarde también recibió la vacuna Abdeh, natural de Argelia y de 19 años, que llegó a España hace dos años, cuando era menor de edad, en patera. “En mi país estaba mal todo y gracias a Cáritas tengo vivienda, me ayudan en la formación y en la documentación y han hecho mucho para que pueda trabajar”. Para él es “una alegría” que les vacunen. Una alegría que también muestra Faggo, una mujer nigeriana de 27 años, que llegó a España en 2009. Ella no tiene palabras para agradecer a Cáritas todo lo que le da. Aparte de una habitación está en un taller de pintura, jardinería y de mecánica de bicicletas.


Colectivo singular
Un mes antes de comenzar la vacunación Cáritas, como también hicieron otras entidades que trabajan con personas en riesgo de exclusión, contactó con las personas en situación de mayor vulnerabilidad que atiende habitualmente, a instancias de la conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas, para ofrecerles la posibilidad de ser vacunadas y, en caso de aceptar, que firmaran la conformidad. Para ser vacunadas estas personas deben cumplir el requisito de no haber recibido vacuna alguna con anterioridad.


Según la Conselleria de Sanidad, la estrategia de vacunación de las personas sin hogar responde a las singularidades del colectivo, que es un grupo heterogéneo de personas con difícil acceso al sistema sanitario, que en algunos casos no están dadas de alta en el Sistema de Información Poblacional (SIP), no tienen un número de teléfono en el que ser localizadas y suelen desplazarse de forma continua, por lo que puede ser difícil contactarlas para la inmunización.


En el día y lugar convenidos con las ONG, la persona accede por un circuito al punto de vacunación, facilita su número SIP si lo tiene (se le asigna uno si carece de él) y recibe información en su idioma sobre el procedimiento de vacunación (inglés, francés, rumano o árabe, entre otros). Una vez vacunada la persona permanece quince minutos en observación por si se produjera alguna reacción adversa.¡ Además, durante el mes siguiente a la vacunación, el equipo de vacunación contacta al menos una vez a la semana con las personas responsables de cada colectivo para garantizar que no se producen efectos adversos.