Anunciar a Jesucristo Resucitado para propiciar un encuentro con Él que cambia la vida y que da sentido a toda nuestra existencia, al sufrimiento, la muerte… Es el encuentro con Jesucristo, como decía Benedicto XVI, lo que nos hace cristianos y a su vez amados por un Dios con un amor único. Sobre este Primer Anuncio se ha reflexionado en el Encuentro de Laicos organizado por la Conferencia Episcopal Española bajo el lema ‘Pueblo de Dios unido en la Misión’, y en el que ha participado una delegación valenciana.

M.J CERVERA / C.ALBIACH| 16.2.24

Más de 700 personas de todas las diócesis españolas se dieron cita en el encuentro de laicos organizado pro la Conferencia Episcopal Española (CEE) en Madrid en el que se reflexionó sobre la importancia del Primer Anuncio. En él se buscaba descubrir este primer anuncio como una prioridad pastoral para la Iglesia. De hecho, en los últimos años han surgido nuevas iniciativas y métodos enfocados a hacer presente este Primer Anuncio. Este encuentro surge como consecuencia del Congreso nacional de Laicos, que se celebró en 2020, y del que salieron cuatro itinerarios. Uno de ellos sobre el Primer Anuncio. En el encuentro estuvo presente una pequeña delegación diocesana, formada por algunos de los responsables de las delegaciones de la vicaría de Evangelización junto al el vicario de Evangelizacón, Melchor Seguí. También estuvieron presentes el arzobispo de Valencia, mons. Enrique Benavent, y el obispo auxilar emérito mons. Javier Salinas.

En la ponencia final del encuentro Dolores García Pi, del Consejo Asesor de Laicos, resaltó que durante este tiempo “hemos ido formándonos sobre el Primer Anuncio y discerniendo qué llamadas nos está haciendo el Espíritu Santo para realizar una verdadera conversión pastoral que ponga al primer anuncio en el centro de nuestra acción evangelizadora”. “No todo es primer anuncio; con esta expresión nos referimos al acto fundamental, consecuencia de nuestro bautismo, que tiene por objeto proclamar el kerigma (lo esencial de nuestra fe) con la finalidad de hacer posible un encuentro vivo con Jesucristo en aquellos que no lo conocen. Pero, junto con ello, hemos redescubierto que el primer anuncio no es una tarea, no es una obligación, no es una acción. A través del primer anuncio vamos a un encuentro con alguien que nos espera; alguien con minúscula y Alguien con mayúscula”, añadió.

Por tanto, según García, “este anuncio de Jesús muerto y resucitado solo será creíble en la medida en que nuestras comunidades salgan a las periferias existenciales y materiales al encuentro de nuestro hermano que sufre”. En esta línea en el envió que se realizó tras la misa de clausura se puso énfasis en ser “la sal de la tierra”, tal y como pide Cristo en el Evangelio.

VICARIO DE EVANGELIZACIÓN: “LOS LAICOS TIENE QUE SER SAL, LUZ Y LEVADURA”
Tras el encuentro el vicario de Evangelización, que encabezaba la delegación valenciana, ha valorado lo vivido en esta jornada, que se puede resumir con una palabra “esperanza”. “En el Primer anuncio, en la evangelización, son también protagonistas los laicos, cuya vocación nace de su bautismo y su confirmación: deben ser sal de la Tierra, levadura en el pan y luz para iluminar todas las realidades -familia, matrimonio, trabajo, cultura…-. Todos los ámbitos tienen que ser iluminados por la presencia del laico siendo sal, luz y levadura”, añade.

Este encuentro, recuerda, “nos ha llenado a todos de esperanza, parafraseando también el título de la primera carta pastoral de nuestro Arzobispo, que habla de una ‘Iglesia esperanzada’”. “Una experiencia muy enriquecedora de la que salimos siendo conscientes de la importancia del Primer anuncio a la hora de evangelizar. Es la primera noticia que uno tiene de Jesús y lo que es la fe, tanto los que no lo habían oído nunca como los que, habiéndolo oído, viven la fe por tradición o herencia, pero sin tener ese encuentro, ese enamoramiento por Jesús. Es decir, los que estando bautizados, viven su fe de una manera tibia, o no practican o no viven activamente dentro de la Iglesia”, precisa.

Por ello, “tenemos el compromiso de dar a conocer lo vivido y poner en marcha, en las diócesis, esa nueva manera de catequizar y evangelizar empezando por el principio, el Primer anuncio de la fe, el ‘Kerigma’, que es la verdad fundamental de la fe: Dios te ama, ha enviado a su Hijo, ha muerto por ti, te perdona y te invita a vivir como miembro de su familia que es la Iglesia”, concluye Seguí.

AMPARO ESTELLÉS: “ES INEXCUSABLE DAR UN TESTIMONIO DE VIDA ACORDE AL EVANGELIO”
Por su parte, la delegada diocesana de Laicos, Amparo Estellés -que participó junto con la delegada de Infancia y Juventud y el responsable de Pastoral Familiar-, asegura que en las jornadas se abordó “el Primer anuncio en la vida cotidiana” porque “es, precisamente, el lugar donde nos desenvolvemos: el trabajo, nuestras familias, los estudios, incluso, el ocio”, y se analizó desde “cuatro aspectos fundamentales: la presencia, el testimonio de vida, el diálogo y el anuncio explícito”.

El encuentro fue “muy enriquecedor y clarificador”, a través de varias ponencias y testimonios, y en él quedó patente la importancia del testimonio, que es “inexcusable”, “un testimonio de vida que sea coherente y acorde con nuestras creencias, con el Evangelio”, comenta.

Sin embargo, “en nuestra vida podemos estar anunciando a Jesucristo sin llegar, incluso, al anuncio explícito, porque no se dan las circunstancias en nuestra vida cotidiana. Por ejemplo, puedo hacerme presente en todos los ámbitos de la vida como una mujer católica pero si el ambiente no me da el lugar a que haya un diálogo en torno a esta fe, puede darse el caso de que no pueda hacerse ese anuncio explícito de la fe”. Esto “no es mejor ni peor, sino que cada uno en su misión podemos acceder a unos aspectos u otros y quedarse solo en su presencia o en su testimonio de vida”.

Después de ese anuncio en la vida cotidiana, “viene la integración en la comunidad porque la fe no se vive individualmente, en solitario, sino en comunidad”. Por eso, “es importante saber cómo integramos a las personas que han recibido el anuncio de Jesucristo en la comunidad parroquial”.

Otra “parada” o cuestión que se analizó, y que “es fundamental, es el acompañamiento a las personas, tanto a las que se les anuncia a Jesús como a los que anuncian a Jesús” y también las “herramientas” porque es “difícil anunciar a Jesucristo si no disponemos de herramientas y de formación que nos ayude en esta tarea”.

En este camino del Primer anuncio y de llevar a todos el Evangelio, como asegura la delegada de Laicos, “no hay recetas”, cada realidad es distinta y se tiene que actuar de distinta manera, “pero sí se ha llevado a las diócesis algo que, aunque no es novedoso, es muy importante: el discernimiento y sinodalidad”. “Lo que hay que llevar ahora a las diócesis es la puesta en marcha de todas las acciones y procesos que vayan encaminados a una conversión personal y pastoral para nuestra Iglesia concreta, caminando juntos”, concluye.

TALLER DE PASTORAL FAMILIAR
En el encuentro también participaron los delegado de Pastoral Familiar de la diócesis de Valencia, Carlos Marroquín y Chelo Sanz, que junto a matrimonios de Jerez y Ciudad Rodrigo coordinaron el taller ‘Primer Anuncio en la familia’. En este taller, como destacan los delegados, “se reflejó que con métodos sencillos y dinámicos se puede dar ese primer anuncio sin hacerlo aburrido y esquematizado, acercándose a las personas de manera coloquial pero segura en la manera de ofrecer a Cristo que es la razón de ser en el matrimonio”.

“Los asistentes salieron motivados y se sorprendieron por las dinámicas vividas pues con una simple actividad se puede mostrar la belleza del amor y que puede ser para toda la vida viviéndolo desde la fe y la esperanza. También les agradó a quienes asistieron al taller fue que se les hiciera la propuesta de diálogo y encuentro a través de vivencias cotidianas. Todo esto dando respuesta a lo que el papa Francisco pide, ser creíble a través del testimonio, esta será la mejor propuesta que le podremos dar a la gente para enamorarse de Cristo”, explican.