ENCARNA LEÓN Corresponsal | 4-05-2018
El domingo se abrió la puerta santa por el Año Vicentino en la ermita de Llíria. (FOTO: M.GUALLART)La localidad de Llíria celebró con gozo y solemnidad el inicio del Año Jubilar Vicentino el pasado domingo 29 de abril.
La ermita de San Vicente Ferrer fue declarada templo jubilar por el cardenal Cañizares y en ella se dieron cita cientos de personas que no quisieron perderse este acontecimiento.
El rito inicial comenzó en la olivera donde según cuenta la tradición, “San Vicente Ferrer predicó y obró el milagro de la fuente”. Desde allí procesionó hacia el Templo donde, tras descubrir la placa conmemorativa, el prior de la Cofradía de Sant Vicent Ferrer, Vicente Miguel Cerezo, pronunció la frase “Abridme las puertas del triunfo y entraremos a dar gracias al Señor. Esta es la puerta del Señor, entremos por ella para obtener su gracia y su misericordia”, tras la cual se abrió solemnemente la puerta y comenzó la eucaristía.
La misa fue concelebrada por los párrocos de Llíria, Rafael Fernández y Joaquín Sarrión, los sacerdotes hijos de la localidad, Miguel Comes, José Alonso y Valentín Peñarrocha, así como los sacerdotes del Arciprestazgo Sant Vicent Ferrer, José Peiró, Jesús López y Celestino Aló.
Al finalizar la misa, se ofreció un refrigerio a los asistentes dando así por finalizado este emotivo día.
El acto contó con la presencia del alcalde, Manuel Civera, el diputado nacional Juan Vicente Pérez, corporación municipal, Honorable Clavariesa de las Fiestas Vicentinas 2018 Mª Jesús Moll, Honorables Clavariesas de años anteriores, representantes de los altares vicentinos de L’Eliana, El Tossal, El Carmen, El Pilar, Mercat de Colón, El Mocadoret, El Mercat, Del Mar, de la Pila Bautismal y Niños del Carrer de Sant Vicent, así como representantes de la Junta Central Vicentina.
El milagro de la fuente
Además, el sábado 28 por la noche se rememoró en el entorno de la ermita de San Vicente Ferrer el milagro de la fuente.
Cientos de feligreses y devotos del santo dominico se concentraron en el parque natural junto al camino cercano a Llíria. Allí vieron llegar a san Vicente acompañado de varias personas y se representó el milagro acontecido en 1410, participando jóvenes y adultos.
Tras la predicación de san Vicente junto a la histórica olivera ante una multitud de fieles devotos y tras bendecir a los presentes, así como el paraje donde había una fuente seca, brotó el agua del manantial.