REDACCIÓN | 15-02-2018
El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, durante su intervención. (FOTO: VÍCTOR GUTIÉRREZ)En el marco del Centro Cultural de la Beneficencia y la celebración del XL Aniversario de la Constitución Española, se celebró la Apertura del Año Judicial del Tribunal Eclesiástico Metropolitano de Valencia.
El acto estuvo presidio por el cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, y contó con la presencia del presidente del Tribunal Constitucional, Juan José González Rivas, que pronunció la lección magistral.
El Cardenal explicó que “es posible tramitar la práctica totalidad de las causas matrimoniales en menos de un año, lo que permite afirmar que estamos en el camino que nos señala el papa Francisco. Nuestro esfuerzo por lograr que los tribunales de justicia sean también tribunales de misericordia es un hecho cada vez más evidente en la vida cotidiana de nuestras iglesias más particulares”.
Refiriéndose a la desburocratización de los procesos, el Arzobispo de Valencia señaló que “no se trata de perder las garantías de legalidad y certeza que deben inexcusablemente presidir la administración de Justicia, sino de cambiar las actitudes que puedan poner obstáculos artificiales e innecesarios para el avance del proceso. En nuestra Provincia Eclesiástica hemos avanzado mucho en este camino, implicando en ello tanto a jueces como a abogados y profesionales. No se trata de un compromiso estrictamente eclesial, sino social”.
El Cardenal señaló que el Papa pide evitar que el ejercicio de la Justicia se reduzca a un mero logro burocrático: “Si los Tribunales Eclesiásticos caen en esta tentación traicionarán la conciencia cristiana. Somos los obispos quienes hemos de garantizar esta celeridad compatible con la norma procesal y velar porque el proceso no convierta la declaración de nulidad en un simple trámite judicial, sino que suponga una auténtica liberación de las conciencias”.
El Arzobispo recordó que en la diócesis de Valencia “fuimos pioneros, en ese sentido, cuando en el año 2001 creamos el servicio de información y asesoramiento que tantos frutos sigue dando. Este servicio puede ser muy enriquecedora en el futuro, para la Iglesia de España”.
“Cualquier esfuerzo merece la pena para lograr la paz, la reconciliación y la justicia en aquellos que experimentan el dolor. El acompañamiento a los separados, divorciados, las familias rotas, la acogida de quienes han sufrido injustamente la separación, el divorcio o el abandono, o bien se han visto obligados a romper la convivencia por los malos tratos del cónyuge, la preocupación por los hijos, estas situaciones la cercanía y auxilio en aquellos casos en los que la pobreza puede hacer inaccesible la acción procesal, deben ser nuestros objetivos constantes, y así lo hemos querido plasmar institucionalmente”, indicó.
“Hay que fomentar el espíritu constitucional”
Juan José González Rivas, durante su intervención en Valencia. (FOTO: V.G.)El presidente del Tribunal Constitucional, Juan José González Rivas, pronunció el pasado viernes, día 9, la lección magistral en el transcurso del acto de Apertura del Año Judicial del Tribunal Eclesiástico de Valencia sobre las ‘Relaciones entre el Tribunal Constitucional, el Poder Judicial y el Consejo General del Poder Judicial’.
En su intervención González Rivas puso de manifiesto la necesidad de que “entre todos hagamos efectivo el sometimiento de los poderes públicos al ordenamiento jurídico y que en un momento tan histórico y relevante como es la celebración del 40 aniversario de nuestro texto constitucional seamos conscientes de fomentar ese espíritu constitucional”.
De esta manera, defendió “hacer propicio en nuestra labor individualizada los principios y valores que han orientado, que orientan y que sin duda seguirán orientando nuestro sistema jurídico de garantías”.
El máximo representante del Tribunal Constitucional destacó fundamentalmente que este organismo, “supremo garante de las garantías constitucionales, el Poder Judicial y el Consejo General del Poder Judicial, como órganos constitucionales del Estado, desarrollan una función ineludible en la vida pública del Estado”.
“Como han tenido ocasión de señalar los líderes europeos en sus recientes intervenciones, nuestro Estado es un estado de derecho basado en el imperio de la ley, en la expresión del sentido democrático del Estado por la ley como expresión de la voluntad general, y ha puesto de relieve la necesidad y la relación entre los poderes del Estado en esa función esencial de fortalecimiento de esos principios y valores constitucionales que se insertan como elementos fundamentales de nuestra vida pública”, añadió.