María José Fraile / R.Gandía | 12-12-2012
Más de 10.000 peregrinos han sido testigos del Año Santo Mariano que fue clausurado el pasado fin de semana en Ontinyent. Varios miles de personas participaron en las distintas eucaristías que se celebraron el día de la clausura del Año Santo Mariano decretado con motivo del 350 aniversario de las fiestas en honor a la Purísima, patrona canónica de la localidad.
La ceremonia, que tuvo lugar en la iglesia de la Asunción de Nuestra Señora, estuvo presidida por el arzobispo de Valencia, monseñor Carlos Osoro, y concelebrada, entre otros, por el párroco de Santa María, Juan Melchor Seguí, que realizó la lectura de la memoria del Año Santo.
Seguí explicó como Ontinyent “se han convertido durante el último año en el corazón de nuestra querida archidiócesis” por lo que “hemos podido experimentar la riqueza, la vitalidad y el dinamismo de nuestra Iglesia Valentina”.
Igualmente, el párroco señaló que el “Año Santo ha sido también ocasión para la caridad, ya que las limosnas de los peregrinos están siendo destinadas para colaborar en la construcción de un hospital materno-infantil en la isla africana de Madagascar”.
Memoria del Año Santo
Seguí recordó que durante todo el año, Ontinyent ha recibido la visita de “varios miles peregrinos”, procedentes de 140 parroquias, 5 arciprestazgos, 12 colegios, y ha contado con la visita de alrededor 150 sacerdotes, decenas de religiosos y religiosas de distintas congregaciones, miembros de institutos seculares, cofradías, grupos de movimientos de espiritualidad y apostolado.
Asimismo, y en referencia a las peregrinaciones, Juan Melchor Seguí destacó la visita de los profesores de Religión, directores de colegios diocesanos, numerosos grupos del Itinerario Diocesano de Renovación, grupos de familias y equipos de matrimonios, así como la participación de centenares de jóvenes el pasado mes de mayo en la ‘Ruta Gent Jove’. Y destacó la visita a la localidad de los seminarios Mayor y Menor de la archidiócesis, de la Curia diocesana, así como de un grupo de reclusos jóvenes de la cárcel de Picassent, entre otros.
Durante su intervención, el párroco de Santa María también recordó cómo las cuatro parroquias de la ciudad, la de la Asociación de Fiestas de la Purísima, la de la Agrupación de Camareras y la de la Sociedad de Fiestas del Santísimo Cristo de la Agonía, entre otras, también han formado parte de esos grupos de peregrinos.
Durante la lectura de la memoria del Año Mariano que concluía, Seguí agradeció al arzobispo de Valencia “su inmensa labor y apoyo y por sus numerosas visitas a nuestra ciudad durante este año tan especial”, y quiso destacar la visita del cardenal prefecto de la Congregación para el Culto Divino, Antonio Cañizares, como pregonero de las fiestas, así como al obispo auxiliar, monseñor Enrique Benavent, el obispo de Orihuela-Alicante, monseñor Jesús Murgui, antiguo párroco de Santa María.
Antes de finalizar, Seguí destacó también la implicación de numerosas entidades a la hora de organizar las celebraciones religiosas con motivo de este Año Santo. “Hay que agradecer el gran trabajo realizado por la Asociación de Fiestas de la Purísima, las parroquias, congregaciones, la comisión del Año Santo, el Ayuntamiento, todos los colectivos relacionados con la fiesta de la Purísima, así como las asociaciones cívicas y culturales que han colaborado en las diferentes actividades culturales, como conferencias, congresos, exposiciones y conciertos, que se han celebrado en la ciudad.
“Ser como María”
La jornada de clausura que comenzó a las 5 de la madrugada, con la XXI edición del Recital de Coros Interparroquiales. Una hora después, decenas de devotos participaron en la ‘Misa de Descubrir’. A las 11, monseñor Osoro presidió la solemne misa de pontifical, concelebrada por los sacerdotes de la localidad o vinculados a Ontinyent, la comunidad franciscana e hijos de Ontinyent entre los que se hallaba el canónigo Arturo Llin. Durante la ceremonia se interpretó la misa de Perosi por el Nou Orfeón, iniciada con el ‘Cantem germans, cantem’, del maestro José Mª Úbeda, pieza estrenada en 1904 y considerada el primer himno a la Purísima.
La homilía del Arzobispo estuvo centrada en torno a la figura y la misión de María “toda para Dios y para los hombres, la que se hace vasija para contener a Dios, la que hace presente a Dios”. La imagen de la Madre del Señor además fue glosada a través de las lecturas del día por don Carlos que exhortó a los fieles “a ser como María”. Tras la ceremonia, los campanarios de la ciudad realizaron un volteo general.
Por la tarde, la imagen de la Purísima recorrió en solemne procesión las principales calles de la localidad acompañada de devotos, autoridades y representantes de asociaciones culturales y festivas de Ontinyent. El recorrido finalizó en la parroquia de Santa María donde la imagen fue devuelta a su camarín entonando todos los feligreses allí congregados el canto del himno a la Purísima ‘Sobre el Clariano Señora’.
(Puede leer el himno ‘Sobre el Clariano Señora’ en la sección de ‘Gozos e himnos a la Virgen’, del número 2013 de PARAULA)
Año Santo Mariano
La Santa Sede concedió, a petición de monseñor Osoro, la indulgencia plenaria a quienes participasen en celebraciones del Año Santo, una vez cumplidas las condiciones habituales de confesión sacramental, comunión eucarística y oración por las intenciones del Papa.
“La Inmaculada tiene una devoción muy antigua y arraigada en Ontinyent, donde en 1662, casi 200 años antes de que fuera declarado por Pío IX el dogma de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, la localidad celebró ya las primeras fiestas solemnes en su honor, autorizadas por un documento del papa Alejandro VII”, concluye Seguí.