L.B. | 27-06-2012

Numerosos vecinos acudieron a recibir a la imagen de la Virgen a su llegada a la población. (Foto: Jesús Donat).


Ontinyent acaba de vivir un fin de semana especialmente intenso dentro del Año Santo Mariano que se está celebrando con motivo del 350 aniversario de las fiestas en honor de la patrona canónica de la población, la Inmaculada Concepción. La visita de la imagen peregrina de la Virgen de los Desamparados ha sido la ocasión para organizar vigilias de oración, encuentros, misas y una gran vigilia eucarística. Actos que han congregado a numerosos fieles de la población y a otros muchos llegados desde distintas localidades de la diócesis.
Así, el sábado por la noche, la parroquia de Santa María acogió una gran vigilia eucarística mariana, con la presencia de la imagen peregrina de la Virgen de los Desamparados y la de la Purísima. El párroco, Juan Melchor Seguí, destaca que “no se recordaba en la población un encuentro eucarístico de estas dimensiones desde el Año Mariano de 1987-1988 convocado por el Juan Pablo II”.
En la vigilia, que fue presidida por el arzobispo de Valencia, monseñor Carlos Osoro, participaron numerosos grupos eucarísticos de toda la diócesis, como la Adoración Nocturna, procedentes de distintas localidades y que fletaron autobuses para viajar a Ontinyent. “Vinieron casi 400 personas de fuera, que se unieron a los fieles de la población que no quisieron perderse el acontecimiento”, explica el párroco.
En su homilía, el prelado trató de la Eucaristía y de la devoción a la Virgen, destacando  la misión que los cristianos tienen de anunciar a Jesucristo. Monseñor Osoro destacó principalmente en la llamada que la Virgen de los Desamparados nos hace a ponernos al servicio de la caridad y de los más débiles.
Previamente al encuentro eucarístico, tuvo lugar una procesión de banderas de la Adoración Nocturna Española, que representan a cada una de las secciones o pueblos en donde está presente en la diócesis de Valencia, desde la ermita de la Concepción hacia la iglesia de Santa María. Fueron más de treinta las secciones presentes.
Mucha participación
Junto con la vigilia eucarística,  también son de destacar otros actos, como la vigilia mariana organizada por los Hermanitos y las Hermanitas del Cordero, que realizaron turnos de oración a la Virgen la noche del viernes. “La iglesia permaneció abierta durante toda la noche y en todo momento hubo fieles que acudían a orar”, señala Juan Melchor.
Las celebraciones continuaron el sábado con la tradicional misa de la Purísima, de más de 400 años de antigüedad, en la que participaron también varios grupos de peregrinos. Posteriormente, se celebró una ‘missa d’infants’ que congregó a un nutrido grupo de niños de la localidad.
Por la tarde, la imagen peregrina de la Virgen de los Desamparados recorrió las calles de la población en una procesión muy numerosa en la que participaron las cuatro parroquias.
Especialmente emotiva resultó la celebración de una eucaristía jubilar de enfermos e impedidos del domingo por la mañana, que muchos fieles tuvieron que seguir desde la calle porque el templo estaba completamente abarrotado. Precisamente, la mucha participación en todos los actos ha sido una de las cosas que más ha llamado la atención.
“Han sido unos días espléndidos, muy emotivos, en los que todos se han volcado y han querido participar. La gente está muy contenta y agradecen que se hayan preparado todas estas celebraciones en las que hemos colaborado las cuatro parroquias de Ontinyent”, destaca  Seguí, quien  resalta igualmente la labor desempeñada por la comisión preparatoria de los actos conmemorativos del Año Santo, los equipos de liturgia, los ministros extraordinarios de la comunión, la junta de la Purísima y las camareras de la Virgen, entre otros.