B.N. | 03-04-2014
‘El banquete del Reino’ centró la primera edición de la Escuela de Pastoral Educativa de Valencia que reunió a 140 educadores en un encuentro coordinado por Escuelas Católicas y el Centro Arrupe (Jesuitas).
Organizado por Salesianos, La Salle, Pureza de María, Jesús-María, Escolapios, Esclavas del Sagrado Corazón, Maristas, Ntra. Sra. de Loreto e Hijas del Corazón de María, los educadores se dieron cita durante los días 28 y 29 de marzo en el Centro Arrupe para dar respuesta a los retos que la cultura plantea en la nueva evangelización.
Todas estas instituciones participaron en el diseño y preparación de la formación dio a los educadores. “Educadores que se forman a ellos mismos sabiendo que no es suficiente con la transmisión de información sino que es necesario introducir a la persona en un proceso de transformación”, explica Ignacio Dinnbier, director del Centro Arrupe.
“La formación de los agentes de pastoral suele centrarse en clarificar contenidos, en dar recursos y destrezas pastorales. La Escuela de Pastoral Educativa ha supuesto un giro en ese planteamiento formativo y hemos querido dar protagonismo al sujeto evangelizador, atendiendo a sus preguntas y buscando con él, respuestas. Ha sido una forma diferente de diseñar y proponer la formación de los educadores que nos ha abierto nuevas posibilidades de trabajo conjunto y colaboración entre las instituciones implicadas”, valora Dinnbier una vez concluida esta primera edición de la escuela.
En tres tiempos
La primera edición de esta escuela pastoral proponía un itinerario en tres tiempos: la invitación al banquete del Reino, la preparación del banquete y su celebración. En cada uno de ellos se propusieron unas claves de comprensión, una experiencia de profundización y una revisión de la vida a la luz de lo trabajado.
En la primera jornada realizada la tarde del viernes 28, los participantes fueron protagonistas de una puesta en escena en la que la escucha de relatos evangélicos se iba alternando con comentarios del jesuita Toni Catalá, con gestos, con música y con videos. Una composición que permitió captar la fuerza de la Buena Noticia de Jesús: aliviar el sufrimiento y ser compasivos.
Durante la cena y tras un tiempo de conversaciones y de fraternidad, se dio paso a un tiempo de oración centrado en los cinco sentidos. Un tiempo para el silencio y la contemplación con el que concluyó la primera jornada de la escuela.
Ya el sábado 29 el “banquete” se hizo realidad hecha fiesta preparada durante todo el día y celebrada con la Eucaristía. “Cada gesto, cada palabra, cada momento de lo vivido nos ha posibilitado intuir lo que Jesús nos estaba diciendo, asomarnos a esa alegría desbordante porque todos estamos sentados alrededor de la misma mesa y Él está en medio de nosotros como el que sirve”, explican.