BELÉN NAVA | 22.12.22
Mañana soleada y poco frío para una jornada festiva. Por fin, y con el respiro que nos ha dado la pandemia, cerca de 1.500 niños tomaban las calles del centro histórico de Valencia para entonar las alegres melodías de los villancicos en la ya clásica cita de las ‘Nadalenques al carrer’. Después de tres años de silencio, los niños de colegios públicos y concertados volvían a participar en esta iniciativa navideña organizada por la delegación de Enseñanza y Pastoral Educativa de la Archidiócesis de Valencia, y que este año ha alcanzado su XV edición.
Desde primera hora de la mañana, las voces de los más pequeños comenzaron a sonar en los rincones mas emblemáticos del centro de Valencia. En la puerta del Palacio Arzobispal, el jardín de la Basílica de la Virgen, la plaza de la Almoina, en la puerta barroca y la puerta gótica de la Catedral, a los pies del Miguelete, ante el monumental belén de la plaza de la Reina… más de mil niños entonaban sus villancicos sorprendiendo a los turistas y a los propios valencianos.
Algunos preguntaban de qué se trataba, otros, directamente, levantaban el móvil para inmortalizar el momento y subirlo a las redes sociales. Jane y Mike, un matrimonio norteamericano, confesaba “sentirse como en casa” al escuchar a los niños cantar. “En nuestro país tenemos la costumbre de, la víspera de Navidad, salir a la calle a cantar villancicos. Es alegre, es divertido y recordamos así, también la llegada del Señor”, aseguraban.
Para los más pequeños era un día de fiesta puesto que a todo el les preguntaba le explicaban que “nos vamos de excursión a Valencia a cantar”.
Este certamen musical se ha ido afianzando en las agendas escolares de los centros educativos. El certamen, que este año contó con una gran afluencia, pretende recuperar el tradicional canto navideño por las calles interpretado por los niños y que puedan disfrutarlo los ciudadanos que pasean por el centro histórico.
Pero no solo es una jornada festiva para los niños y los profesores que los acompañan, abuelos, tíos, padres… todos seguían con atención la actuación de los niños en los distintos puntos asignados. Las fotos se sucedían y más de uno se quedó sin memoria en el móvil para almacenar las instantáneas. “Me he escapado del trabajo un momento para poder ver a mi hija”, comentaba una de las madres orgullosas señalando a su pequeña. “Se agradece que también vengan familiares porque en algunos momentos nos ayudan con los niños”,reconocía una de las profesoras.“Y además eso motiva aún más a los niños”.
En los colegios, en estas últimas semanas, se han intensificado los ensayos para dar su mejor ‘do de pecho’. Los niños tienen que saberse el repertorio que sus profesores han escogido, una mezcla de cantos populares, con villancicos clásicos y alguno que otro de composición propia. Para ellos, la Navidad es una época repleta de actuaciones puesto que algunos colegios participan en diversos certámenes y concurso de coros y, por supuesto, en el festival de Navidad de cada centro..
En definitiva se trata de “fomentar el espíritu navideño”, tal y como reoconocían algunos de los profesores, y “evangelizar a través de algo tan sencillo y bonito como los villancicos”.
A las doce y media, los alumnos de colegios públicos y concertados de Valencia, acudían a la plaza del Arzobispo y, ante la Puerta de la Almoina de la Catedral, felicitaban la Navidad al arzobispo de Valencia, Enrique Benavent, que quiso acompañarles en esta jornada, bendecir las figuras del Niño Jesús que llevaban muchos participantes y hacer entrega de los premios del concurso de postales de Navidad de los Colegios Diocesanos.
Monseñor Benavent, ante la puerta románica, dedicó unas palabras de agradecimiento a los niños: “Muchas gracias por este ambiente de alegría y de celebración de la Navidad que esta mañana nos habéis regalado a todos”.
A los pequeños les invitó a levantar los Niños Jesús que habían traído desde sus casas para que “Él sea quien realmente nos acompañe en estos días de fiesta y en toda nuestra vida, que para eso ha venido”. También les explicó que “el Señor vino a este mundo, no para marcharse después, sino para quedarse con nosotros”.
Ya por la tarde, algunos de los coros participantes se trasladaron a la residencia de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, para cantarle a los residentes y a las religiosas.