CARLOS ALBIACH |04.12.2019

El Cardenal presidió la misa sabatina el pasado sábado 23 de noviembre. (FOTO: J. DONAT)

La historia de la localidad de Ontinyent está vinculada a su devoción a la Inmaculada Concepción de María. Según los datos históricos esta devoción arranca ya en los tiempos de la reconquista de Jaime I, en el siglo XIII. En el siglo XIV, ya aparecen más datos que hablan de este afecto a la Purísima. Una muestra es la cruz parroquial de esa época, y desaparecida en 1936, en la que aparecía un dibujo que representa a San Joaquín y Santa Ana orando para obtener la concepción de María.

Ya en 1642 la Inmaculada Concepción es elegida por los jurados, síndicos y el capítulo de la parroquia Santa María como patrona principal de la antigua villa, recogiendo así el sentir de sus habitantes.

Una fecha importante en la historia de la devoción a la Inmaculada Concepción de María es 1662, año en el que se promulga la carta apostólica del papa Alejandro VII ‘Sollicitudo Omnium Ecclesiarum’, en la que se reconocía la tradicional devoción a la Inmaculada concepción. Por este motivo, Ontinyent ese mismo año celebra las primeras fiestas solemnes en su honor. Un año más tarde se comienza la construcción de su capilla, que fue declarada más tarde como real y pontificia.

En 1745 el patronazgo de la Purísima es reconocido canónicamente por el papa Benedicto XIV, siendo la declaración de patronazgo canónico más antigua de toda la Comunidad Valenciana.

Actos principales
Desde 1662 Ontinyent ha sido fiel a sus fiestas y todos los años el 8 de diciembre, solemnidad de la Inmaculada Concepción, celebra su día grande. Es tradición ese día que los actos comiencen con la ‘misa de descubrir’ a las 6 de la mañana, en la que se descubre la imagen de la Virgen, que está situada desde un mes antes en el altar mayor. Ese mismo día se celebra la misa solemne mayor, que este año estará presidida por Mons. Juan Piris, obispo emérito de Lleida.

Asimismo, semanas antes se celebra el pregón y el canto de los conocidos como ‘angelets’, que son representados por un grupo de niños. Este acto sirve de preludio a las fiestas.

Tras la fiesta del día de la Purísima se celebra el sábado 14 de diciembre el tradicional acto del ‘Aguinaldo’, en el que ‘els angelets’ visitan el colegio Santa María, el salón de plenos del Ayuntamiento y las sedes los Moros y Cristianos y de la Asociación de Fiestas de la Purísima, lugares que representan a todos los vecinos de Ontinyent y donde se pide la colaboración para las fiestas. Por último, el domingo 15 tiene lugar el cierre de las fiestas con la solemne ‘dobla a la Purísima’.

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