En el famoso cuadro de Murillo ‘Sagrada Familia del pajarito’, que se encuentra en el Museo del Prado, podemos ver una tierna escena de la infancia de Jesús en la que José, en el centro, tiene en sus piernas a Jesús de niño, que juega divertido con un pajarito. Todo ante la atenta mirada de María. Una escena doméstica que nos lleva a fijarnos en José, en ese padre que acogió a Jesús y con amor lo educó y le acompañó en su crecimiento. Un padre en la ternura. Todo un modelo para el padre de hoy: que tiene encomendada toda una obra de arte en la educación de los hijos. Una tarea apasionante, pero también difícil, en la que su papel es fundamental. ¿Cuál es la misión del padre hoy? ¿Cómo es padre en el siglo XXI?

CARLOS ALBIACH| 14.3.24

Con corazón de padre. Así José amó a Jesús”. Esta afirmación del papa Francisco en la exhortación apostólica ‘Patris corde’ es toda una invitación a los padres, para que siguiendo el ejemplo de San José, eduquen a sus hijos para que crezcan, como hizo Jesús, “en sabiduría, estatura y gracia”. La figura del padre ya no es la que era hace unos años, ha evolucionado. Quizás ya no estamos hablando de un padre tan autoritario y rígido. Sin embargo, en Occidente, como suele ocurrir, se ha pasado de un extremo a otro y el gran problema actual es una sociedad sin padres. Así lo explicaba el Papa en una catequesis sobre la paternidad: “En un primer momento, esto se ha percibido como una liberación: liberación del padre-patrón, del padre como representante de la ley que se impone desde fuera, del padre como censor de la felicidad de los hijos y obstáculo a la emancipación y a la autonomía de los jóvenes. De hecho, a veces en nuestras casas reinaba en el pasado el autoritarismo. Y, como sucede a menudo, hemos pasado de un extremo al otro. El problema de nuestros días no parece ser tanto la presencia invasiva de los padres, más bien su ausencia, su evasión. Los padres están algunas veces concentrados en sí mismos y en su propia realización individual, y se olvidan también de la familia. Y dejan solos a los niños y a los jóvenes. La ausencia de la figura paterna en la vida de los niños y los jóvenes produce lagunas y heridas que pueden ser muy graves”.

Esta ausencia del padre ya se percibe en los estudios demográficos, como en el último informe del Observatorio Demográfico CEU-CEFAS, ‘Transformación y crisis de la institución matrimonial en España’, en el que se afirma que más del 10% de los bebés nacidos en España, desde el propio alumbramiento, no vivirán con su padre.

La misión del padre es fundamental. ¿Qué es ser padre? Francisco en ‘Patris corde’ recuerda que ser padre significa introducir al niño en la experiencia de la vida, en la realidad pero no para retenerlo, no para encarcelarlo, no para poseerlo, sino para hacerlo capaz de elegir, de ser libre, de salir”. “El padre sigue siendo junto con la madre, una figura decisiva en la familia”, tal y como explica Javier Ros, sociólogo y profesor de la Universidad Católica de Valencia y del Pontificio Instituto Juan Pablo II para estudios del Matrimonio y la Familia. De hecho, añade, “no se puede crecer adecuadamente sin una figura paterna que atienda las necesidades objetivas de los hijos, combinando la norma con la cercanía emocional, el juego y el trabajo con mostrar a los hijos el desafío de la existencia humana”. Y más “en un momento en que desde algunas ideologías la figura masculina se manipula y se equipara a la agresión y la violencia”, añade.

En este sentido, Rafael Fayos, profesor de Antropología filosófica de la Universidad CEU Cardenal Herrera, señala que “desde un punto de vista antropológico el padre ha sufrido el mismo desgaste que en las últimas décadas viene padeciendo la figura del varón”. “Ahora bien, “el empoderamiento”, como se suele decir, de la figura femenina ha empañado y difuminado en ocasiones la imagen de lo masculino y con ello también el papel e importancia de la paternidad”, añade. De ahí, como explica, la figura del padre “es más necesaria que nunca”. “El padre, como ya hemos dicho, está en el origen y también en el desarrollo de su hijo y en esa medida es de capital importancia para nuestros tiempos. Nadie puede resolver el misterio de su persona sin acudir al origen y allí, siempre hay una mujer, pero necesariamente también un varón, esto es, un padre”, defiende.

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