Francisco es el primer Papa hispanoamericano, el primer Papa argentino, el primer Papa jesuita. Es el pontífice número 266 en la historia de la Iglesia católica.
Jorge Mario Bergoglio S. J. nació en la ciudad de Buenos Aires el 17 de diciembre de 1936, hijo de un matrimonio de italianos formado por Mario Bergoglio (empleado ferroviario) y Regina (ama de casa). Se licenció en la escuela secundaria industrial E.N.E.T Nº 27 (ahora E.T.Nº 27) Hipólito Yrigoyen, con el título de Técnico Químico. A los 21 años (en 1957) decidió convertirse en sacerdote. Ingresó en el seminario del barrio Villa Devoto, como novicio de la orden jesuita.
Sacerdocio
Fue ordenado sacerdote el 13 de diciembre de 1969. A partir de entonces hizo una larga carrera dentro de la orden de la cual llegó a ser ‘provincial’ desde 1973 hasta 1979, ya durante la dictadura cívico-militar argentina.
Obispo y cardenal
Tras una gran actividad como sacerdote y profesor de Teología, fue consagrado obispo titular de Auca el 20 de mayo de 1992, para ejercer como uno de los cuatro obispos auxiliares de Buenos Aires.
Cuando la salud de su predecesor en la archidiócesis de Buenos Aires, el arzobispo Antonio Quarracino empezó a flaquear, Bergoglio fue designado obispo coadjutor de la misma el 3 de junio de 1997. Tomó el cargo de arzobispo de Buenos Aires el 28 de febrero de 1998.
Durante el consistorio del 21 de febrero de 2001, el beato Juan Pablo II lo creó cardenal del título de San Roberto Belarmino. Además se constituyó en el primado de la Argentina, resultando así el superior jerárquico de la Iglesia católica de este país.
Su primer acto de gobierno al asumir en la archidiócesis fue crear la Vicaría Episcopal de Educación, un virtual ministerio que tiene bajo su jurisdicción tantas escuelas y alumnos como los que atiende el gobierno porteño. Pero, a diferencia de los clásicos consejos de educación católica, su premisa es dedicar los esfuerzos de la Iglesia a toda la educación, no a los intereses de los colegios católicos.
Forma parte de la CAL (Comisión para América Latina), la Congregación para el Clero, el Pontificio Consejo para la Familia, la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, el Consejo Ordinario de la Secretaría General para el Sínodo de los Obispos, la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica.
En virtud de su puesto episcopal, ha sido además miembro de la Conferencia Episcopal Argentina -de la cual fue presidente en dos ocasiones, hasta 2011- y del CELAM (Consejo Episcopal Latinoamericano).
Vaticano
Al morir el beato Juan Pablo II, eran 117 los cardenales menores de 80 años en condiciones de votar para elegir un nuevo papa, entre los cuales se encontraba el cardenal Bergoglio, de quien se dice que logró obtener 40 votos de los 77 que eran necesarios para ser elegido (es decir, el segundo lugar detrás del que fue elegido y convertido en Benedicto XVI, el cardenal Joseph Ratzinger). Sin embargo, puesto que existe obligación de secreto absoluto para los asistentes al cónclave (Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis de 22 de febrero de 1996, cap. II, n.º 48) bajo pena de excomunión reservada al Sumo Pontífice (Código de Derecho Canónico, canon 1399), este dato debe tomarse como mera especulación.

Un pasajero más del autobús Si por algo se caracteriza el ya papa Francisco es por su sencillez. Aseguran que, tras ser nombrado cardenal, no cambió ninguna de sus costumbres y siguió viviendo en un “departamento” sencillo, en el segundo piso del edificio de la Curia, al lado de la Catedral de Buenos Aires. Muy poco amigo de ser el “protagonista”, rehuye toda exposición en los medios de comunicación. El no ser una persona muy conocida por la sociedad le permite permite viajar en el metro y el autobús como un ciudadano más. Y era frecuente verle confesar en la Catedral como un sacerdote más. Al poco tiempo de ser ordenado sacerdote padeció problemas respiratorios y, tras una operación, sufrió la pérdida de un pulmón lo que no le impide gozar de una buena salud. Aquellos que lo conocen aseguran que cuando viaja a Roma no le gusta mostrarse con los atributos de cardenal. Por eso es frecuente verlo con una simple sotana negra y es más, cuando el Papa lo creó cardenal, a diferencia de otros, no se compró una vestimenta nueva, sino que ordenó arreglar la que usaba su antecesor Quarracino. En sus homilías, el cardenal revaloriza en forma permanente el sentido de la patria y las instituciones y, pese a su formación técnica de ingeniero químico, es un apasionado lector de Dostoievski, Borges y autores clásicos. Es habitual, además, su presencia en actos ecuménicos e interreligiosos. Al nuevo Papa le gusta el fútbol. Es simpatizante del San Lorenzo de Almagro y una vez, cuando jugaba Alberto ‘Beto’ Acosta, la plantilla de jugadores le regaló una camiseta autografiada por todos ellos. Como buen porteño le gusta el tango y también la música clásica